La meta de una inflación del 2% sigue estando lejos.
La inflación de Japón se desaceleró en marzo respecto a febrero, subrayando los problemas que enfrenta el banco central para lograr su meta de crecimiento de los precios de un 2% tras cinco años de estímulo, lo que mantuvo la presión sobre el organismo para que continúe con su política monetaria expansiva.
El índice subyacente de precios al consumidor, que incluye a los precios de los productos del petróleo pero excluye a los de los alimentos frescos, subió 0,9% interanual en marzo, en línea con la mediana de estimaciones de economistas, mostraron el viernes datos del Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones.
La cifra sigue al 1,0% de febrero.
Analistas esperan que la inflación al consumidor alcance un máximo más adelante en el año, debido a que posiblemente se moderarán las presiones de los precios de la energía y los alimentos, lo que generará más obstáculos al Banco de Japón (BOJ, por su sigla en inglés) a la hora de retirar su política monetaria ultraexpansiva.
"Nosotros esperamos que la inflación excluyendo los alimentos frescos promedie un 1% en el actual año fiscal, por debajo de la mediana de las estimaciones de los miembros del directorio de BOJ de un 1,4%", dijo Marcel Thieliant, economista senior para Japón de Capital Economics.
"Si tenemos razón, el banco tendrá que reducir sus estimaciones de inflación nuevamente durante los próximos meses, subrayando que el ajuste de la política monetaria aún está muy lejos", agregó.
Fuentes con conocimiento del pensamiento de las autoridades del banco central dijeron que es posible que mantengan su visión de que la inflación alcanzará su meta de un 2% durante el próximo año fiscal, y se mantendrá cerca de ese nivel durante el año siguiente, cuando publiquen sus nuevas proyecciones la próxima semana.
Los datos de este viernes mostraron que la medición de la inflación que excluye a los precios de los alimentos frescos y la energía subió 0,5% en el año a marzo, estable respecto al mes anterior.