Todo indica que China será más cauta sobre el gasto este año mientras trabaja para reducir los riesgos derivados de una rápida acumulación de deuda.
China se está moviendo más allá de su dependencia tradicional en el crecimiento veloz del crédito y en la inversión y dependerá menos en estímulos para impulsar a su economía en el futuro, dijo este viernes el gobernador del Banco Popular de China, Zhou Xiaochuan.
Los comentarios de Zhou son parecidos a los de otros altos funcionarios del Parlamento realizados esta semana, que sugieren que China será más cauta sobre el gasto este año mientras trabaja para reducir los riesgos derivados de una rápida acumulación de deuda.
En tanto, los mercados temen que estímulos menos generosos puedan retardar el ritmo de crecimiento no sólo en China, sino a nivel global.
No obstante, analistas creen que las autoridades chinas seguirán manteniendo al sistema bien provisto de dinero de varias maneras para evitar el riesgo de una fuerte desaceleración en la economía, al tiempo que aprietan las tuercas por el lado regulatorio.
"Ahora remarcamos la nueva normalidad de la economía, cambiando del modelo de crecimiento pasado de crecimiento cuantitativo a crecimiento de alta calidad", comentó Zhou, en lo que probablemente fue su última conferencia de prensa antes de su esperado retiro este mes.
"Mientras buscamos un crecimiento de calidad, es posible reducir este tipo de modelo de crecimiento que solía depender fuertemente en el respaldo del financiamiento", sostuvo.
A Zhou, que se hizo cargo del banco central chino en 2002, se le atribuye haber flexibilizado los controles sobre tasas de interés, de incrementar el peso global del yuan y de desarrollar nuevas herramientas de política monetaria.
Esta semana, el primer ministro chino, Li Keqiang, anunció una meta de crecimiento de alrededor de 6,5% para este año, el mismo nivel que superó con facilidad en 2017 gracias en parte a un enorme gasto gubernamental en infraestructura y un préstamo bancario récord.