De no reaccionar ahora, el PIB planetario caería entre un 1,1 y un 3,8% en 2050 y 10 millones de personas morirían anualmente, en vez de las 500.000 de hoy.
Thomson Reuters Foundation / Si se permite que las infecciones resistentes a los medicamentos en personas y animales se extiendan sin control, unos 28 millones de personas caerán en la pobreza en 2050, y un siglo de progreso en la salud será revertido, aseguró el Banco Mundial (BM) hoy lunes.
De darse el escenario antes descrito, en 2050 el PIB mundial anual descendería al menos un 1,1% y, en el peor de los casos, la pérdida podría ser de hasta un 3,8% -el equivalente de la crisis financiera de 2008-, dijo el BM en un informe publicado antes de una reunión de alto nivel sobre el tema, que tendrá lugar esta semana en las Naciones Unidas, en Nueva York.
El aumento de las "superbacterias" resistentes a los fármacos ha sido causada en parte por el aumento en el uso y mal uso de los antibióticos (y otros medicamentos antimicrobianos) en el tratamiento de las personas y en la agricultura.
“No podemos permitir perder las ganancias en el siglo pasado gracias a la era de los antibiótico”, dijo Tim Evans, director del Banco Mundial para la salud, la nutrición y la población, a la Fundación Thomson Reuters.
“Medido de cualquier forma, el costo de la inacción sobre la resistencia a los antimicrobianos es demasiado grande, así que (el tema) debe ser abordado con urgencia y decisión”, dijo.
Parte nada menor del problema proviene del hecho de que grandes cantidades de antibióticos se utilizan en la agricultura que para tratar a las personas, y gran parte de esto es para promover el crecimiento de los animales en lugar de tratar a los animales enfermos, dijo al respecto el economista Jim O'Neill, en un informe, divulgado en mayo pasado, un encargo del gobierno británico.
El Informe O'Neill estima que las infecciones resistentes a los medicamentos podrían matar a más de 10 millones de personas al año en 2050, por encima del medio millón de hoy, y los costes del tratamiento se dispararían.
Los agricultores también se verán muy afectados. El BM estima que para el año 2050, la producción ganadera mundial podría caer entre 2,6% y 7,5% al año, si el problema de superbacterias resistentes a los fármacos no se frena.
“Se necesitan urgentemente inversiones para establecer las capacidades básicas de salud pública veterinaria en los países en desarrollo", dijo Evans.
Mejora de la vigilancia de las enfermedades, laboratorios de diagnóstico para asegurar que una enfermedad se identifique rápidamente, también se necesitan inspecciones de granjas y mataderos, la formación de los veterinarios, y la supervisión sobre el uso de antibióticos, agregó.
La Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO, por sus siglas en inglés) estima 60.000 toneladas de antibióticos se utilizan en el ganado cada año, un número que aumentará con la creciente demanda de productos de origen animal.
Por ello, una de las formas más importantes para frenar la propagación de microbios resistentes a los medicamentos en los alimentos es promover buenas prácticas agrícolas, dijo Juan Lubroth, jefe veterinario de la FAO.
“Creo que aquí es donde podemos hacer la mayor parte de nuestra prevención: mejor conocimiento sobre la higiene, las campañas de vacunación, para estos animales no se enfermen y necesiten de antimicrobianos”, dijo Lubroth en una entrevista desde Roma.
La demanda pública para que sus alimentos no estén contaminados, y una mejor formación de los profesionales de la salud -médicos y veterinarios- también son vitales para ayudar a contener el problema, agregó.
Hospitales y empresas farmacéuticas también tienen que hacer más para tratar sus residuos, dijo.
El Banco Mundial estima que es necesaria una inversión de unos US$ 9.000 millones al año en salud veterinaria y humana para contener las amenazas.
“El rendimiento previsto de esta inversión se estima en entre US$ 2 billones de dólares (millones de millones) y US$ 5,4 billones... o, por lo menos, 10 a 20 veces el costo, lo que debería ayudar a generar la voluntad política necesaria para realizar estas inversiones”, concluyó Evans.