Las escuelas de negocios están destinando cada vez más recursos a sus programas de becas. También buscan llegar a nuevos perfiles de estudiantes que postulan a sus programas de estudios.
Hace no tantos años las becas para estudiar en una escuela de negocios no eran tan frecuentes ni conocidas, y las ayudas que otorgan los gobiernos suelen dejar a veces fuera los estudios relacionados con el ámbito económico y del management. Sin embargo, ahora existe una amplia variedad de becas en escuelas latinoamericanas y extranjeras.
Tal como sucede con la diversidad e inclusión que buscan en las b-schools, muchas de estas becas se han ido multiplicando para dar mayor acceso y así contribuir a dar oportunidades a estudiantes que tienen las capacidades, pero no siempre los medios económicos para estudiar.
Susana Alonso, directora asociada del área de Finanzas y Ayuda Financiera en INCAE, con campus en Costa Rica y Nicaragua, dice que efectivamente, “las instituciones de financiamiento han habilitado más opciones de crédito educativo. Creo que la combinación de herramientas de financiamiento con el aumento de becas otorgadas es lo que permite cerrar la brecha económica para los aspirantes a programas de educación superior”.
En el caso de Esade, entre 2020 y 2021 destinaron 3,7 millones de euros (US$ 4,1 millones) al programa de becas, procedentes de aportaciones privadas, de organizaciones y de donaciones individuales. Y entre 2021 y este año, según la escuelas de negocios española han logrado incrementar el importe 4 millones de euros (US$ 4,4 millones), que se han traducido en 287 becas a estudiantes con bajos recursos económicos y con excelente expediente académico. “También hemos ampliado la cobertura de nuestras becas para este segmento, cubriendo desde el 50% al 100% de la matrícula más gastos de alojamiento y manutención”, dice Koldo Echebarria, director general de Esade, quien asegura que las las becas estudiantiles deben ayudar las necesidades de los alumnos, pero también dar respuesta a los retos sociales y económicos actuales.
Más allá de la excelencia académica
Además de destinar una mayor cantidad de dinero a los programas de becas, las escuelas de negocios recientemente han diversificado su oferta: pasaron de sólo apuntar a postulantes destacados en rendimiento y éxito laboral a intentar captar la atención de mujeres líderes, destacados emprendedores, personas que han obtenido logros en materias como la sustentabilidad e, incluso, aquellos que cuentan con una abultada lista de seguidores en sus redes sociales.
En la española ESIC, por ejemplo, crearon en los últimos años la Beca Mujer + Liderazgo con la intención de potenciar la presencia de la mujer en puestos directivos; al igual que en la chilena Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), que tiene la beca Mujer Líder.
A su vez, en la europea EU Business School, lanzaron el año pasado una beca para postulantes que sean influencers en sus redes sociales.
“Se han aumentado las becas, no sólo con la finalidad de ofrecer más alternativas, sino que también con otras finalidades, como la de ayudar a personas que ofrecen un valor adicional, y ahí tenemos becas de excelencia o para perfiles que se especializan en determinados sectores”, dice Ana Álvaro, directora comercial de ESIC.
En tanto, en Esade, además de las becas que apuntan al talento y a las necesidades económicas, se han impulsado otro tipo de ayudas, como la Beca SUD, “mediante la cual nuestros alumnos pueden realizar actividades de cooperación universitaria al desarrollo y prácticas solidarias en instituciones e iniciativas dedicadas a favorecer un desarrollo justo, en países de América Latina, África y Asia”, explica Echebarria.
En la b-school con sede en Costa Rica y Nicaragua, ofrecen ayudas para estudiantes de toda la región y también de aquellos que provengan de Centroamérica, especialmente de Panamá y Nicaragua. Además de las becas enfocadas en premiar la excelencia académica, a potenciales líderes y mujeres, también se beca a jóvenes centroamericanos que vengan del sector de las artes dramáticas y a quienes participen en actividades o procesos innovadores en sus empresas, universidades, comunidad.
En tanto, IESE, junto con buscar postulantes que destaquen en el aspecto académico, acrediten experiencia profesional y mérito personal, también beca a quienes se hayan involucrado en el sector sin ánimo de lucro o ayudado a resolver problemas sociales o ambientales, a recién graduados que tengan experiencia en proyectos de emprendimiento social y a quienes posean sólida formación en ciencia o tecnología, entre otras cosas.
Después de todo, las escuelas realizan una apuesta estratégica cuando se trata de sus becas. Para Echebarria, de Esade, “esta es nuestra mejor herramienta para dar oportunidades de futuro a estudiantes con talento, pero sin los recursos económicos suficientes para estudiar en nuestras aulas. No hay mayor activo en una institución académica que sus alumnos becados ni mayor honor para una escuela que haber ayudado al talento a materializar sus sueños”.
Alonso agrega que “nos permite capturar el mejor talento de la región, ayudarlos a completar el esquema financiero para cubrir la inversión total del programa y permite a los donantes tener una participación activa justamente en el desarrollo de la región a través del apoyo a estos estudiantes que de otra manera posiblemente no podrían acceder a educación superior de primer nivel”.
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