La pelota tiene campanas dentro para que los jugadores puedan escuchar dónde aterriza y pelear por ella. La primera base es una alfombra sonora y los jugadores baten unas paletas en la segunda y tercera base para orientar a los corredores.
Yubis Zapata tuvo que dejar de jugar al béisbol cuando perdió la vista por una explosión durante el servicio militar, así que para él es un milagro poder jugar una vez más, en la creciente liga cubana para ciegos.
El béisbol ha sido por largo tiempo una pasión nacional en Cuba. El país de gobierno comunista adoptó rápidamente esta versión después de que se desarrolló en los años 90 en Italia, pero solo ha prendido en los últimos años, extendiéndose a todos los rincones de la isla caribeña.
Los jugadores como Zapata son ambiciosos. Su sueño es que el béisbol para invidentes se incluya en los Juegos Paralímpicos de 2020 y poder traer a casa el trofeo para Cuba.
"Cuando uno pierde la vista, esos primeros años son difíciles", dijo Zapata, de 41 años, durante un entrenamiento en La Habana en el que los jugadores llevaban uniformes blancos. "Después, cuando te abres paso, lo ves como algo fabuloso. No se acabó tu mundo, sino que continúa".
Los jugadores, que son ciegos o deficientes visuales y usan vendas coloridas mientras juegan, dicen que el béisbol les ha ayudado a refinar su sentido de la orientación por el sonido.
La pelota tiene campanas dentro para que los jugadores puedan escuchar dónde aterriza y pelear por ella. La primera base es una alfombra sonora y los jugadores baten unas paletas en la segunda y tercera base para orientar a los corredores.
No hay lanzador. El bateador lanza la pelota al aire y la golpea. No se permiten bolas bombeadas.
"Esto es diferente del béisbol convencional. Tienes que estar más concentrado", afirmó Carlos Fuentes, un terapeuta físico de 32 años que perdió la visión en los últimos años. "Este deporte creo que me ha servido de alguna manera como rehabilitación para la orientación en el espacio".
El deporte fue traído a Cuba por entrenadores italianos, que también proporcionaron el equipo especializado. Los entusiastas dicen que es más fiel al deporte original que su paralelo estadounidense, el "beep béisbol".
El entrenador de La Habana, Roberto Carmona, dice que el deporte se juega en Europa, Asia, Cuba y Panamá. Pero para que se incluya en los Juegos Paralímpicos, es necesario que haya dos equipos por continente, algo que confía pueda ocurrir para el 2020.
Cinco provincias cubanas juegan ya a este deporte, dijo. No hay límite de edad ni de género e, incluso, las personas videntes pueden jugar siempre y cuando lleven una venda.
"No hace mucho tuvimos un encuentro con los italianos y le ganamos tres juegos", dijo Carmona. "Cuba puede ser el líder, no solo en la región, sino en el mundo entero. El béisbol corre por la sangre de los cubanos".