Objeto de reflexión por los filósofos y de deseo por parte de los humanos, la noción de belleza ha generado discusiones importantes. El asunto tiene relación con la carrera profesional, donde nunca se consigue llegar a un consenso sobre la real importancia del la apariencia.
Usted puede que no conozca el poema “Receta de Mujer”, de Vinícius de Moraes, pero probablemente ha oído a alguien recitando los primeros dos versos: “Los más feos que me perdonen, pero la belleza es fundamental”. Quizá, si hubiese dicho eso ahora - la era de lo políticamente correcto- el célebre poeta fuese el Rafinha Bastos de ahora. Actualmente, pocas cosas son tan prejuiciosas cuando se considera el atributo físico como criterio de selección en algo que no sea un concurso de Miss, una selección de modelos o algo por el estilo.
Aunque en una entrevista de trabajo no se diga nada sobre su apariencia o se haga una mención explícita, en la práctica la apariencia tiene un peso considerable en el mercado profesional. Según un estudio norteamericano, ser bello hace la diferencia.
En una encuesta elaborada por el economista norteamericano Daniel Hamermesh, autor del libro “Beauty Pays”, La belleza paga, un grupo de evaluadores clasificó la belleza de rostro de 2.774 profesionales y concluyó que los trabajadores americanos incluidos entre el 7% más feo ganaba hasta 17% menos que el 33% considerado más bello. Teniendo en cuenta el muestreo del público femenino, las cifras muestran que en Estados Unidos las bellas obtienen 6,5% más, mientras las feas pierden 4,3%.
Feo para usted, bello para mí
Definir quien es bello o feo no es una tarea difícil para usted, ni para el reclutador que prefiere a aquellos de mejor apariencia. Pero nada garantiza que su percepción de belleza será la misma de él, mucho menos la de los candidatos a la hora de la selección. Al final, ¿qué es ser bello?
En la concepción platónica, la belleza no es nada más que una idea, la concepción particular que cada individuo es capaz de formular sobre este concepto. Pero en la propia Grecia de Platón, donde la noción de belleza fue cuidadosamente estudiada, reputada y venerada, se llegó a formular matematicamente una definición que, a través de escalas y algoritmos, determinaría quién es feo y bello.
Ahora nadie va a medir el rostro de una persona para ver si sus proporciones encajan con los modelos determinados por los números griegos. Sin embargo, los patrones de belleza pueden cambiar un poco dependiendo de la región y de la época, pero siempre tienden a reproducir las características de grupos dominantes: el de los griegos en el mundo antiguo, las mujeres blancas en la Europa feudal, los ídolos adolescentes norteamericanos de la actualidad.
Pero piense bien, ¿será que independiente de una noción individual o un patrón determinado, la belleza hace la diferencia en la vida profesional?
Actitudes que valen más
Para la gerente de la Compañía de Talentos y Carrera, Bruna Dias, es importante vestirse y comportarse de acuerdo con el perfil de la empresa donde se trabaja o se desea trabajar. Y antes de los atributos físicos está la capacidad para llevar a cabo las funciones. "Lo que se tiene que dejar en evidencia en la entrevista no es la belleza, sino su competencia", dice Dias
Sin embargo, Dias cree que a pesar de que la apariencia no es un elemento que se superponga a las demandas más importantes del mercado, sí puede tener relevancia en el primer contacto con un reclutador, un nuevo jefe o un nuevo equipo.
Para Rudney Pereira Junior -jefe de proyecto del Grupo Foco, que se especializa en la gestión de personas- la forma en que un profesional se presenta por primera vez también es importante. "A través del currículum, el reclutador no puede conocer al postulante, el contacto personal es muy importante y es esencial que el candidato sepa presentarse y confíe en sí mismo", indica.
A pesar de ello, Pereira Junior señala que esto no significa que la gente siempre deba seguir una pauta de cómo vestirse o comportarse. Es difícil, por ejemplo, encontrar gente con tatuajes en el cuerpo que trabajen en el campo de la medicina. Pero en los medios de comunicación es más común.
Bruna destaca lo mismo: "En general, tener ciertos cuidados es importante, pero es más relevante que el candidato cumpla con el perfil que pide la empresa. Por lo general, no se puede ir a trabajar con una falda corta. Pero en una tienda de surf , ¿qué tiene de malo? ".
En el caso de los profesionales más jóvenes, inclusive, es importante inspirar confianza en los primeros contactos, enfatiza Bruna. En este sentido, la apariencia tiene un papel importante. "Por lo general se dice que hay más prejuicios contra los profesionales de más edad. Pero también se da entre los jóvenes. Por ello es esencial transmitir credibilidad", explica.
No obstante, la gerente de la Compañía de Talentos señala que se necesita sobre todo que las personas se sientan cómodas consigo mismas. Según ella esto es clave para no llegar a empeorar la situación.
De todos modos, independientemente de ser feos o bonitos, los buenos profesionales saben la postura que deben tomar en cada situación y eso marca la diferencia. Y, sobre todo, cuando se cuenta con algo que no necesita ningún estudio para demostrar su importancia: la competencia.