La directora y fundadora del Center for Women and Business de la Universidad de Bentley, refiere sobre las habilidades que deben tener los líderes que encabezan equipos intergeneracionales y en qué fallan los jefes que no tienen éxito en su tarea de gestión de personas.
Betsy Myers se presentó el pasado noviembre en el Women in Business Conference 2014, que se realizó en Chile. En esa oportunidad se debatió acerca de la brecha de género a nivel local y de las oportunidades existentes para que mujeres ocupen puestos claves.
Lo cierto, es que existe ambición femenina: el 79 % de las mujeres de nivel medio o alto dicen desear ocupar una posición de alta gerencia en el transcurso de sus carreras, muy similar al 81 % de los hombres de nivel medio o alto nivel que tienen el mismo objetivo.
Es a propósito de esta realidad, que no sólo afecta a Chile sino que a todo el mundo, que Betsy Myers, directora y fundadora del Center for Women and Business de la Universidad de Bentley, participó de este evento y concedió una entrevista a AméricaEconomía.
La también ex directora de Operaciones en la campaña presidencial de Barack Obama, refiere sobre las habilidades del actual mandatario que se pueden aplicar en una organización y de las posibles armas de doble filo al gestionar campañas políticas mediante redes sociales.
La experta en liderazgo y autora del libro “Take the Lead”, opina también sobre las habilidades que deben tener los líderes que encabezan equipos intergeneracionales y en qué fallan los jefes que no tienen éxito en su tarea de gestión de personas.
- Las generaciones más jóvenes, en su mayoría Millennials, se suman a la fuerza laboral en masa. Teniendo esto en cuenta, ¿qué nuevas habilidades requieren los líderes?
Estamos frente a una brecha intergeneracional en los lugares de trabajo de hoy. Los Millennials están impulsando el cambio que circunscripción de mujeres ha estado presionando desde hace tres décadas. Los Millenialls, nacidos entre 1980-2000, quieren vivir una vida de trabajo integrado. Quieren trabajar para las organizaciones que hacen el mundo mejor y que requieren una comprensión clara de su camino hacia el éxito. Hoy en día, el modelo necesario de liderazgo para aprovechar el mejor talento no es el de “autoridad y control", un modelo masculino tradicional, sino más bien un modelo más femenino, que consiste en una cultura de trabajo colaborativo, inclusiva y solidaria. Son los líderes, tanto hombres como mujeres, quiene llevan estas cualidades a sus líderes, que ponen en evidencia los resultados más productivos de su equipos.
-¿Qué le falta a algunos líderes que no tienen éxito en su papel? ¿No están en contacto con los empleados o no pueden adaptarse a las nuevas realidades?¿Qué se exige de ellos?
Hay dos razones que veo repetidamente por las que los líderes fallan:
Lo primero, es que las personas alrededor de ellos no se sienten valorados, apreciados, incluidos o escuchados. El embalse de la líder de la "buena voluntad" es baja. Pierden contacto con la gente que tienen una mejor comprensión de los problemas o conflictos actuales o potenciales. Cuando los líderes se quedan en su torre de marfil crean una cultura de "nosotros contra ellos", basada en el miedo y la autoprotección.
En segundo lugar, los líderes son sólo tan buenos como su gente. La mayoría de las veces todas las respuestas necesarias para el éxito están en la gente que está en el frente y que tratan con el producto y los clientes. Los líderes que no crean relaciones con su equipo y no piden la opinión, pierden información y relaciones clave necesarias para tener éxito.
-¿Hay mucha competencia por el liderazgo entre las mujeres?
Creo que esto ha sido un problema, porque durante mucho tiempo eran pocas las mujeres que llegaban a la cima, alimentando una actitud competitiva frente al compañerismo y apoyo. La buena noticia es que ahora las mujeres representan el 50% de los mandos intermedios. Este aumento de mujeres gerentes y líderes crea una nueva oportunidad para que las mujeres se apoyen.
- ¿Cómo podemos mejorar el ambiente de trabajo con un líder auténtico? ¿Cuáles son los líderes más demandados?
Un auténtico líder no está tratando de imitar a otro líder. La autenticidad se reduce a encontrar "el verdadero yo" en cada uno de nosotros. Cuando sabemos lo que somos, los demás son más propensos a confiar en nuestro liderazgo. Uno de mis profesores favoritos en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, de la Universidad Harvard, Marshall Ganz, dice, “Aprendiendo a contar tu propia historia, quién eres y qué te ha llevado hasta aquí, serás capaz de escuchar las historias de los otros de tal manera que crearás la oportunidad de un “nosotros” en vez del “yo” y de ahí a lo que “nosotros” podemos hacer juntos”.
El modelo de liderazgo obsoleto de “haz lo que digo o de lo contrario”, sólo crea temor y desconfianza. Los líderes de hoy deben ser reales y tener cuidado para generar el nivel de confianza y la productividad necesaria para que su equipo vaya hacia adelante.
-¿Cuál es el mayor desafío que enfrentan los líderes en términos de liderazgo?
En el libro de Marshall Goldsmith, "Lo que tienes aquí, no te llevará allí", se aborda un gran reto al que se enfrentan los líderes. El paisaje está siempre cambiando y son esos líderes los que son conscientes de sus propios comportamientos y están dispuestos a abordar el cambio constante en su industria, mano de obra y tecnología que seguir ganando. Aquellos líderes que descansan sobre los logros pasados y antiguas formas de hacer las cosas, no van a seguir siendo competitivos. Los líderes deben ser estudiantes de por vida, con curiosidad y pasión. Mi cita favorita es del gurú de liderazgo Warren Bennis, "Los aprendices heredarán la tierra, mientras que los sabios descubrirán un mundo que ya no conocen".
-Teniendo en cuenta su experiencia en la administración de Obama, ¿cuáles son algunas de sus habilidades de liderazgo que se puede aplicar en las organizaciones?
Una de las principales lecciones de liderazgo de la primera campaña presidencial del presidente Obama en 2008, fue que la gente llegó a la campaña debido a su apoyo al candidato, desde que era senador, pero se quedaron involucrados debido a su compromiso con los demás. La campaña inspira un sentido de conexión que lleva a la gente a participar y tomar medidas.
Trabajando como el director de operaciones, yo estaba continuamente impresionada y maravillada de las personas que renunciaron a sus vacaciones y fines de semana para ser voluntarios para la campaña y los trabajadores que dieron tanto de sí mismos con poca o ninguna paga o comodidades. No se les prometió un trabajo o alguna recompensa financiera. Estaban motivados por ser parte de algo más grande que ellos mismos, compartir una pasión y ser parte de un equipo. Uno de los voluntarios compartió conmigo: "Descubrí el líder en mí!".
-En el uso de redes sociales como herramienta para las campañas políticas, ¿en qué medida éstas pueden convertirse en un arma de doble filo?
Siempre debemos tener en cuenta que los medios sociales no reemplazan el contacto personal necesario de una campaña puerta a puerta. Es un vehículo importante para difundir el mensaje y llegar a la gente, los votantes, tanto para dar a conocer el mensaje de la campaña y recaudar fondos. Los medios de comunicación social desempeñan un papel importante y puede impulsar el contacto personal, invitando a los votantes a los lugares donde el candidato estará, generando la oportunidad de que éste interactúe con los votantes. La espada de doble filo es que los medios sociales nunca duermen y los candidatos y las campañas deben ser muy conscientes del ciclo de noticias de 24 horas. Las personas tienen la habilidad de subir a través de su iphone o dispositivo personal un video o comentario en cuestión de minutos, que puede o no ser útile.
-¿Existe alguna relación entre el uso de los medios sociales para generar expectativas y luego encontrar una disminución más rápida de popularidad o apoyo?
Hacer promesas como candidato durante una campaña es muy diferente a ser capaz de ejecutar esa promesa una vez en el cargo. Un gobernador o presidente no puede realizar las promesas de campaña de forma independiente, sin trabajar estrechamente con la legislatura estatal y congreso.
Hay cientos de ejemplos de declaraciones hechas en una campaña electoral que se han vuelto en contra de los políticos reelegidos. Un ejemplo es el del presidente George H. Bush, "Lee mis labios, no más impuestos". Como presidente, en 1988-1992, se enfrentó a una economía débil y contradijo su promesa y aumentó los impuestos. Esa decisión fue el principio del fin, perdiendo así su campaña de reelección contra Bill Clinton en 1992. Es siempre mejor prometer menos y entregar más.