Pasar al contenido principal

ES / EN

Bienal de Arte cambia el rostro de La Habana
Lunes, Junio 15, 2015 - 09:09

En varios puntos de la ciudad, obras de relevantes artistas plásticos, cubanos y extranjeros, modifican el paisaje local y despiertan la curiosidad de los habaneros, sobre todo en el emblemático Malecón de la ciudad, escenario de la exposición "Detrás del muro".

La XXII Bienal de Arte de La Habana, abierta desde el pasado 22 de mayo y hasta el próximo 22 de junio, cambió la fisonomía de la capital cubana convertida ahora en una galería a cielo abierto para beneplácito de muchos.

En varios puntos de la ciudad, obras de relevantes artistas plásticos, cubanos y extranjeros, modifican el paisaje local y despiertan la curiosidad de los habaneros, sobre todo en el emblemático Malecón de la ciudad, escenario de la exposición "Detrás del muro".

"Detrás del muro" reunió a medio centenar de artistas cubanos y extranjeros, quienes ubicaron sus piezas un tramo de un kilómetro en la concurrida costanera que bordea el límite norte de la ciudad y corre paralela al Atlántico.

"Detrás del muro es un gran evento donde confluyen todas las manifestaciones de las artes visuales. Un lugar de encuentro, de rencuentro, de diálogo, de reflexiones, de meditaciones. Eso es lo que se propone 'Detrás del muro'. Y convertir el Malecón en un gran museo urbano", dijo a Xinhua el curador de la exposición, Juan Delgado.

Para los habaneros esta muestra, que está en su segunda edición, es una oportunidad de tocar con las manos el arte contemporáneo fuera de una galería, pero también una ocasión para el juego y el entretenimiento.

Por eso resulta tan concurrida la instalación "La Esquina del frío", del estadounidense Pat Riley, quien a unos metros del mar montó una pista de patinaje confeccionada con láminas de un material con características físicas semejantes a las del hielo, pero a la cual no le afecta el calor.

Riley trajo además 200 pares de patines con los que decenas de cubanos, muchos de ellos niños, acuden cada día a disfrutar de la pista, donde se han realizado hasta juegos de hockey, algo inusitado bajo el inclemente sol tropical.

"Es muy divertido ver a la gente patinando sobre hielo, mientras sudan bajo el sol", dijo entre risas Yusimí Cardoso, una adolescente que hacía la fila para ingresar en la pista de unos 25 metros de largo por ocho de ancho, ubicada en una céntrica esquina cercana al Malecón.

Muy atrayente y concurrida resulta también "Resaca", del cubano Arles del Río, quien instaló una playa artificial casi a la entrada de la bahía de La Habana, en un declarado intento por imitar al afamado paseo marítimo de Copacabana, en Brasil.

"No se quién fue la idea esta, pero me parece que esto es maravilloso. Hace falta que nunca quiten esto de aquí, que esto siga aquí", afirma Eduardo Llanes, un mulato cincuentón sentado cómodamente en una de las sillas de playa que conforman la obra.

La singular playa se ha convertido en punto de reunión de los jóvenes, quienes acuden, en especial los fines de semana, ataviados como si estuvieran en el afamado balneario cubano de Varadero.

También muy llamativos resultan las obras "Delicatessen", del cubano Roberto Fabelo, y el colorido "Cake", del grupo de artistas Stainless.

"Delicatessen" es una olla de unos tres metros de altura y otro tanto de diámetro, con decenas de cubiertos encajados y colocada sobre la acerca del Malecón.

Por su parte, los jóvenes Roberto Fabelo Hung, Alejandro Piñera Bello y José Capaz Suárez, quienes conforman la agrupación Stainless, colocaron un inmenso pastel de colores asediado por varias lenguas, en referencia a la arraigada costumbre cubana de poner como centro ese tipo de dulce en festividades familiares y sociales.

De esa forma, La Habana se ha convertido por estos días en un espacio trascendental para mostrar lo más renovador de la creación artística contemporánea y al mismo tiempo configurar un nuevo escenario urbano, aunque sea de manera efímera.

Autores

Xinhua / LifeStyle