Los inversores ahora se focalizan en medir cómo impactará en economías como la china y la surcoreana la menor demanda de países de la zona euro.
Hong Kong. Las bolsas asiáticas retrocedieron este martes por la creciente sospecha de que el techo de la recuperación ha pasado y la desaceleración del crecimiento en China y Europa en el segundo semestre serán obstáculos para las apuestas riesgosas de los inversores.
En ese marco, los operadores negociaban con cautela atentos a los descensos en los indicadores de manufactura en China y al fracaso del último intento de BP por controlar el derrame de crudo en el Golfo de México.
Tras el mes más volátil en los mercados desde el colapso de Lehman Brothers en 2008, los inversores ahora se focalizan en medir cómo impactará en economías como la china y la surcoreana la menor demanda de países de la zona euro que aplican planes de austeridad.
Los operadores dejaron de lado las cifras de exportación de mayo en Corea del Sur, mejores que las esperadas, que precedieron al resto de Asia, y los sólidos números de ventas minoristas en Australia, interesándose más en los índices manufactureros de China e India.
La actividad fabril registró en mayo su máximo en 27 meses, según un índice privado. Sin embargo, el crecimiento manufacturero en China se desaceleró y también la creación de empleo, en respuesta a una caída crítica en nuevos pedidos, según un reporte oficial.
Los declives en los mercados bursátiles fueron modestos, aunque sectores cíclicos como el tecnológico y los de consumo masivo parecieron más vulnerables a la presión vendedora.
El índice Nikkei de la bolsa japonesa cayó 0,6%, liderado por Fast Retailing. El Nikkei perdió 11,7% en mayo, su mayor caída mensual desde 23,8% en octubre en 2008.
El índice MSCI de acciones asiáticas no japonesas, que ha tenido un desempeño más flojo que los otros mercados globales en lo que va del año, perdía 1,6%, arrastrado principalmente por el sector de consumo masivo.
Había más que razones suficientes para seguir reduciendo las carteras de riesgo, especialmente después de que el Banco Central Europeo advirtió en la víspera que una "segunda ola" de amortizaciones entre las entidades financieras de hasta 195.000 millones de euros.
El euro retrocedía hasta 1,22 dólares, acercándose a mínimos de cuatro años tocados el mes pasado a 1,2143 dólares. La moneda europea ha perdido 14% en lo que va del año.