El presidente brasileño volvió a advertir de que si no se revisan las grietas del sistema de seguridad social el país se arruinará, mientras que el ministro de Economía, Paulo Guedes, dijo que renunciará si el presidente o el Congreso deciden no seguir sus recomendaciones de política económica.
Brasilia.- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y su ministro de Economía intentaron el miércoles rescatar su controvertida ley de reforma de pensiones, en medio del caos político provocado por los obstáculos a la propuesta del gobierno, lo que golpeó a los mercados locales.
Bolsonaro volvió a advertir de que si no se revisan las grietas del sistema de seguridad social el país se arruinará, mientras que el ministro de Economía, Paulo Guedes, dijo que renunciará si el presidente o el Congreso deciden no seguir sus recomendaciones de política económica.
Los activos brasileños se desplomaron. El real cayó a un mínimo de casi seis meses frente al dólar, mientras que el mercado de valores de Bovespa bajó un 3,6%. Los rendimientos de los bonos y las tasas de interés de mercado también subieron considerablemente.
El presidente, quien ha sido criticado por su distanciamiento del Congreso, se sumó al debate tras 24 horas difíciles para su gobierno, que mostraron la ardua batalla política que le espera si quiere aprobar una ambiciosa agenda legislativa.
Guedes dijo a un comité del Senado que el gobierno de Bolsonaro no estaba logrando convencer a los legisladores de los méritos de su plan para ahorrar más de 1 billón de reales (US$250.000 millones) en la próxima década, con lo que se desperdiciaba el capital político ganado en las elecciones.
“Si el presidente apoya las cosas que creo que pueden ayudar a Brasil, estaré aquí. Pero si ni el presidente, ni la Cámara de Diputados, ni nadie más lo quiere, regresaré a lo que estaba haciendo”, dijo Guedes al comité de Asuntos Económicos del Senado.
Guedes había faltado el martes a una audiencia del Congreso sobre la propuesta de pensiones, cuando un bloque de 11 partidos políticos exigió la eliminación de cambios que afectan a brasileños en zonas rurales, ancianos y discapacitados.
Una medida de los legisladores del martes, para tener más control sobre el presupuesto federal en los próximos años, también recibió una aprobación casi unánime de la cámara baja del Congreso y complicaba la posición del gobierno.
Después de que los mercados cerraron, el Banco Central de Brasil intervino para frenar la caída de la moneda, anunciando una subasta el jueves para vender 1.000 millones de dólares en el mercado al contado con un acuerdo para una futura recompra.