La startup llamada Tismoo buscará analizar pacientes para detectar mutaciones e identificar posibles tratamientos que serían probados en estos pequeños órganos.

Xinhua. Un nuevo laboratorio brasileño creará "minicerebros" que ayudarán a tratar de forma personal e individualizada a las personas que tengan autismo, informaron medios locales.

El laboratorio, una startup de biotecnología llamada Tismoo, fruto de una asociación entre el biólogo molecular Alysson Muotri, de la Universidad de California (EE.UU.), y la profesora brasileña Patrícia Beltao Braga, de la Universidad de Sao Paulo, pretende, mediante un análisis genético de los pacientes, obtener un tratamiento más preciso sobre la enfermedad.

Según explicó Muotri a la televisión Globo, se trata del primer laboratorio de este tipo en el mundo. El primer paso en el tratamiento consiste en hacer una análisis genético detallado de cada miembro o familia, y detectar la mutación que causó el autismo.

El segundo paso es estudiar la mudanza en los genes e identificar los tratamientos posibles. Buena parte de las mutaciones no están catalogadas, por esto el laboratorio rastreará en la literatura médica todo lo que está en fase de análisis.

El último paso es el de los minicerebros. Una vez se haya hecho el mapa genético del paciente, se hace una reprogramación celular mediante células-tronco, y son creados estos minicerebros con la genética del autista.

Son pequeñas estructuras de neuronas que recrean en cierta medida el funcionamiento cerebral. De esta forma, es posible ver cuantos medicamentos serán necesarios para el tratamiento.

El minicerebro no tiene una estructura completa ni es un cerebro en miniatura, apenas simula el tipo de organización que existe en los cerebros humanos.

La ventaja de usarlos en laboratorios es que crecen como culturas de células y forman naturalmente una estructura en capas, similares a las que existen en la superficie del cerebro. Con un tamaño medio de 30 micrometros (la longitud de un pelo de cabello de bebé), estas estructuras son mayores que los grupos aislados de neuronas en cultura de células bidimensionales.

Así, es posible medir los impulsos eléctricos que circulan por esta estructura y ver si están ocurriendo de forma normal.

El laboratorio por el momento debe centrarse sólo en el tratamiento del autismo, pero en el futuro, puede expandirse para otros síndromes.