Desde junio, cuando se confirmó el último caso en el estado de Espírito Santo, el país no ha tenido registros de la enfermedad.
El Ministerio brasileño de Salud anunció el fin del brote de fiebre amarilla en el país declarado en diciembre pasado, puesto que desde junio, cuando se confirmó el último caso en el estado de Espírito Santo, el país no ha tenido registros de la enfermedad.
Según la cartera, la prevalencia de la enfermedad es en los meses de calor, entre diciembre y abril, por lo que la caída de las temperaturas favorece el retroceso del brote.
De acuerdo con el último boletín epidemiológico, desde el inicio del brote, el 1 de diciembre del año pasado hasta el 1 de agosto de este año, fueron confirmados 777 casos y 261 muertes por fiebre amarilla.
Otros 2.270 casos fueron descartados y 213 permanecen en investigación, mientras que 307 se consideraron inconclusos.
La Región Sudeste concentró la mayoría de los casos, con 764 confirmaciones, seguida de la Región Norte (10) y Centro-Oeste (3), en tanto que las regiones Sur y Nordeste no tuvieron confirmaciones.
A pesar de la interrupción de la transmisión de la fiebre amarilla, el Ministerio de Salud resaltó la importancia de mantener las acciones de prevención y de ampliar la cobertura de la inmunización para prevenir nuevos casos de la enfermedad el próximo verano.
Brasil adopta el esquema de sólo una dosis de la vacuna durante toda la vida, de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La fiebre amarilla es una enfermedad infecciosa febril aguda, causada por un virus que puede llevar al individuo infectado a la muerte en cerca de una semana, si no se trata rápidamente.
El Ministerio envió a los estados 36,7 millones de dosis de la vacuna a lo largo del año, tanto para la vacunación de rutina como para refuerzo en los estados afectados por el brote.
En los cinco estados donde la vacunación fue reforzada (Minas Gerais, Río de Janeiro, Sao Paulo, Espírito Santo y Bahía) hubo el registro de epizootias, es decir, muerte y enfermedad de monos.
Durante el período del brote fueron notificadas 5.364 epizootias, de las cuales 1.412 fueron confirmadas para fiebre amarilla.
Esos datos ofrecen importantes indicios para detectar precozmente la circulación del virus en una determinada región y dirigir las acciones para eliminar el mosquito "Aedes aegypti", reduciendo el riesgo de urbanización de la enfermedad.
Según el ministro de Salud, Ricardo Barros, la fiebre amarilla se comporta en brotes que son cíclicos, cada seis o siete años, y el último brote registrado en el país había sido en 2009, por lo que la expectativa es que el próximo verano no se repita.
El gobierno inauguró una nueva fábrica para la producción de vacunas que, a partir de principios de 2018, producirá 10 millones de dosis de vacuna para fiebre amarilla por mes.
La fiebre amarilla es una enfermedad infecciosa febril aguda, causada por un virus que puede llevar al individuo infectado a la muerte en cerca de una semana, si no se trata rápidamente.
Los signos y síntomas más comunes de la enfermedad son fiebre alta, escalofríos, cansancio, dolor de cabeza, dolor muscular, náuseas y vómitos que duran, en promedio, tres días.
El virus es transmitido por la picadura de los mosquitos transmisores infectados y no hay transmisión directa de una persona infectada a otra.
Hasta el momento no existe tratamiento específico contra el virus, por lo que lo único que puede hacer el personal de salud en un paciente enfermo es tratar los síntomas y suplementar en lo posible cualquier falla orgánica esperando la recuperación.