Hasta el 15 de abril de este año se notificaron 7.911 casos de zika en todo el país, una reducción del 95,3% con respecto al año pasado, cuando ocurrieron 170.535 notificaciones.
El Ministerio de Salud de Brasil declaró oficialmente el 11 de mayo el fin de la emergencia decretada en noviembre de 2015 a raíz de la epidemia del virus zika y su asociación con la microcefalia y otras alteraciones neurológicas.
La decisión, informada a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por medio de una nueva evaluación de riesgo, se produjo 18 meses después del decreto de Emergencia en Salud Pública de Importancia Nacional (ESPIN), tras la reducción de los casos de zika y microcefalia en todo el país.
El conjunto de acciones adoptadas por el gobierno para la eliminación del mosquito Aedes aegypti, transmisor del zika, junto a la movilización de la población, contribuyó a la disminución de los casos, destacó el Ministerio de Salud.
Durante el anuncio, el secretario de Vigilancia en Salud del Ministerio de Salud, Adeílson Cavalcante, destacó que el enfrentamiento al Aedes aegypti se mantendrá en todos los niveles de vigilancia.
"El fin de la emergencia no significa el fin de la vigilancia o de la asistencia. El Ministerio de Salud y los demás órganos implicados en el tema mantendrán la política de combate a zika, dengue y chikunguña, así como a los estados y municipios", dijo.
Hasta el 15 de abril de este año se notificaron 7.911 casos de zika en todo el país, una reducción del 95,3% con respecto al año pasado, cuando ocurrieron 170.535 notificaciones.
El 1 de febrero de 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el virus del zika era una emergencia de salud pública de interés internacional tras observar el auge de anomalías congénitas graves en Brasil asociadas a la infección por el virus.
En la mayoría de los casos, la infección con zika tiene una evolución benigna, con síntomas de fiebre, manchas en la piel y dolor de cabeza que se disipan en pocos días.
Al mismo tiempo, a partir de numerosos casos ocurridos en la región noreste de Brasil, se registraron indicios de que el virus puede ser la causa de microcefalia en bebés durante la gestación, sobre todo en conjunción con otras enfermedades, las cuales a veces provocan la muerte.
La epidemia en Brasil, que se extendió a otros países de la región, obligó a un esfuerzo acelerado de la comunidad científica para responder a los desafíos presentados por la enfermedad.
Según el informe del gobierno brasileño, los datos de microcefalia mostraron desde mediados del año pasado una reducción importante en el número de nuevos casos notificados, con un incremento mensual de 2% desde enero de 2017, ante un incremento de 135% en 2015.
Este año se confirmaron 230 casos de microcefalia y otras alteraciones del sistema nervioso, por sospecha de infección congénita. Desde el inicio de las investigaciones, en noviembre de 2015, se han notificado 13.490 casos, con 2.653 confirmaciones.
En este momento, resaltaron las autoridades, Brasil ya no cumple los requisitos exigidos para mantener el estado de emergencia.
Uno de los cuatro puntos de la evaluación de riesgo de la OMS es que el evento se considere inusual o inesperado, lo cual no ocurre más, ya que ya que existe el suficiente conocimiento científico que demuestra la relación del zika y los cambios neurológicos.
El gobierno brasileño, sin embargo, anunció que continuará tratando el tema como prioridad, incentivando investigaciones y manteniendo la vigilancia y asistencia a las víctimas.
Durante los 18 meses de la emergencia en salud pública hubo un fortalecimiento de la capacidad de respuesta nacional y local, a través de la colaboración entre las tres esferas de gestión del Sistema Unico de Salud (SUS).
Además de la reducción en los casos de zika, el último boletín epidemiológico, que analiza el periodo del 1 de enero al 15 de abril de este año, apunta a una reducción de 90,3% de los casos de dengue y de 68,1% de chikunguña, con relación al mismo periodo de 2016.
El periodo de mayor incidencia de las tres enfermedades sigue hasta finales de mayo, por lo que se mantienen los esfuerzos de prevención y combate al Aedes aegypti.
La reducción en los casos de enfermedades puede atribuirse a un conjunto de factores, como la movilización nacional contra las enfermedades, una mayor protección de la población y la escasez de lluvias en determinadas regiones del país, lo cual desfavorece la proliferación del mosquito Aedes aegypti.