La solicitud del gobierno de Lula, que debe ser aprobada por el Congreso brasileño, duplicaría el número de efectivos brasileños que forman parte de la misión de paz de Naciones Unidas.
Río de Janeiro. El ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, envió a la Comisión Representativa del Congreso Nacional un pedido de aprobación para enviar otros 1.300 militares a Haití, país devastado por un terremoto la semana pasada.
"Conversé por teléfono con el senador (José) Sarney y envié un pedido al Senado de 1.300 militares. Inicialmente serían 900 militares, 750 de Infantería y 150 policías del Ejército", dijo Jobim a Reuters.
"Estoy pidiendo 1.300 para estar holgados ante una futura demanda de la ONU", añadió.
Según Jobim, ese pedido será discutido el próximo lunes. "Aún no sé cuánto tiempo tomaría para movilizar todo ese contingente, pero tiene que ser lo más rápido posible", remarcó.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó este martes, por unanimidad, el aumento temporal en el número de tropas y policías de la entidad en Haití en 1.500 policías y 2.000 soldados para ayudar a mantener la seguridad y ayudar en los esfuerzos humanitarios.
La misión de la ONU en Haití, denominada Minustah, tiene un contingente de alrededor de 9.000 personas, de las cuales 7.000 son militares.
Brasil lidera la misión de paz con 1.266 militares.
Hasta el momento ya ha sido confirmada la muerte de 21 brasileños como consecuencia del terremoto, de los cuales 18 eran militares que servían en el empobrecido país del Caribe.
Seguridad. El ministro, que visitó Haití poco después del terremoto, no descarta regresar al Caribe para evaluar los daños y la actuación de la misión de paz de la ONU.
"Voy a conversar este jueves con los generales brasileños para analizar el problema de las bandas y el aumento de la violencia tras el terremoto", anticipó.
El comando brasileño en Haití dijo que la seguridad está bajo control, pese a los saqueos y tumultos registrados tras la catástrofe.
La preocupación aumentó luego de que alrededor de 3.000 reos huyeron de prisión tras el terremoto grado 7 que remeció sobre todo la capital de Haití, Puerto Príncipe, el 12 de enero.