Un equipo médico utilizó la piel de este popular pez para reparar los daños en la vagina de una persona transexual.
El martes 23 de abril fue un día histórico en el Centro de Atención Integral a la Salud de la Mujer, en Sao Paulo (Brasil). El CAISM, siglas con las que decidieron abreviar su nombre, logró algo inédito: usar piel de tilapia para reconstruir una vagina.
La historia le ha dado la vuelta al mundo en cuestión de días. El equipo médico del CAISM, asociado a la Universidad Estatal de Campinas, se valió de la piel de este popular pez para reparar los daños en la vagina de una paciente transexual. En pocas palabras, su canal vaginal tenía pequeñas proporciones y, además, presentaba problemas funcionales.
Para solcionar los daños los científicos del CAISM se aliaron con investigadores de la Universidad de Sao Paulo y del Núcleo de Investigación y Desarrollo de Medicamentos (NPDM) de la Universidad Federal de Ceará, donde desde hace tres años empezaron a trabajar con la piel de tilapia para llevar a cabo intervenciones médicas.
Como lo cuenta un comunicado de prensa de la U. Federal de Ceará, se trata de una técnica que tiene un costo muy bajo y una invasión mínima. De acuerdo con el profesor Leonardo Bezerra, del Departamento de Salud Materno-Infantil de esa institución, para resolver problemas como los que presentaba la paciente usualmente se recurría a retirar pedazos de piel de otras partes del cuerpo. Los trozos, tomados generalmente del intestino, eran usados para ensanchar el canal vaginal. Sin embargo, representaba varios problemas: era una cirugía de varias horas y los cortes dejaban varias cicatrices.
La utilización de la piel de tilapia parece solucionar esos inconvenientes. Según le dijo Bezerra a la agencia de noticias de la Universidad de Ceará, se trata de “algo extremadamente innovador. Ya era innovador el uso de la piel de tilapia en la neovagina, pero [el síndrome de Rokitansky] es una enfermedad rara y tiene poco impacto. Muchas personas ni siquiera saben que existe. El uso en cáncer también es raro, porque el cáncer de vagina por sí solo es raro. La idea de utilizar piel de tilapia en la cirugía de reasignación [de sexo] es algo inédito".
De hecho, hace unos días Bezerra, junto a un equipo de médicos, publicó un artículo en el que explicaba el uso como un injerto de la piel de tilapia para hacer una vaginoplastia a una mujer que había tenido el síndrome de Mayer-Rokitansky-Kuster-Hauser, una extraña malformación causada por trastornos en el desarrollo de los llamados conductos de Müller. En términos muy breves, esa paciente, de 17 años, no tenía útero ni canal vaginal.
Como lo detallan los investigadores, tras la intervención, en la que también se usaron una serie de moldes plásticos, la piel del pez fue absorbida parcialmente. “El procedimiento descrito ofreció a este paciente una neovagina funcional y anatómica mediante un procedimiento simple, seguro, fácil, eficaz, rápido y mínimamente invasivo”, apuntaron en sus conclusiones.
"La perspectiva de uso de la piel de tilapia ya es comprobadamente más segura, pues estudios anteriores de nuestro grupo confirmaron la total ausencia de infectantes y una biocompatibilidad y ausencia de rechazos fantásticos", advirtió en esta ocación Bezerra a la U. de Ceará. “Probablemente estamos lidiando con una prótesis biológica inédita, que tiene perennidad, sostenibilidad y resistencia mucho mayor, con toda la biocompatibilidad”.
Tan útil había resultado el uso de esta piel que en 2017, el Núcleo de Investigación y Desarrollo de Medicamentos (NPDM) de esa universidad creó el primer banco de piel de tilapia. Hasta entonces tenían mil unidades esterilizadas. Su uso en el tratamiento de quemaduras había demostrado que ayudaba a disminuir el dolor y a evitar que los tejidos perdieran líquido.