De acuerdo con un informe del ministerio de Salud de ese país, del 1 de julio de 2017 al 30 de enero fueron confirmados 213 casos de fiebre amarilla en el país y 81 muertes.
El Ministerio de Salud de Brasil reportó el martes pasado, 83 casos de fiebre amarilla entre el 23 y 30 de enero, de los cuales 28 perdieron la vida.
De acuerdo con un informe del ministerio, del 1 de julio de 2017 al 30 de enero fueron confirmados 213 casos de fiebre amarilla en el país y 81 muertes.
La cartera indicó que 1.080 casos sospechosos fueron analizados, de los cuales 432 fueron descartados y 435 continúan en investigación.
La circulación del virus en áreas más amplias de lo observado en años anteriores, incluyendo grandes urbes, llevó al gobierno a organizar un amplio programa de vacunación con dosis fraccionadas en los estados de Sao Paulo, Río de Janeiro y Bahía, con el objetivo de inmunizar a cerca de 20 millones de personas.
A pesar de la ampliación de las áreas afectadas, el número de casos entre julio de 2016 y enero de 2017 fue mayor que en el último semestre del año pasado, con un total de 468 casos confirmados y 147 muertes en aquel período.
El pasado 19 de enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró al estado de Sao Paulo como área de riesgo de fiebre amarilla, "considerando el aumento de la actividad del virus", y recomendó a todos los viajeros que llegan desde el exterior a vacunarse.
La fiebre amarilla es una enfermedad infecciosa febril aguda, causada por un virus, que puede llevar al individuo infectado a la muerte en cerca de una semana si no se trata rápidamente.
El virus es transmitido por la picadura de los mosquitos transmisores y no hay transmisión directa de una persona infectada a otra persona.
Hasta el momento no existe tratamiento específico contra el virus, por lo que el personal de salud trata los síntomas de forma individual y busca remediar cualquier falla orgánica, en espera de la recuperación del paciente.