Hay 40 decesos confirmados y 47 muertes sospechosas que se investigan.

Reuters Health/Cluster Salud. Funcionarios brasileños de salud pública están trabajando para detener un brote de fiebre amarilla que amenaza con convertirse en una epidemia, instando a la gente a buscar vacunas en nueve de los 26 estados del país.

El ministro de Salud dijo el martes que se han confirmado 70 casos de fiebre y 40 muertes en el brote centrado en las zonas rurales del estado de Minas Gerais, mientras que otras 47 muertes y 368 casos sospechosos están siendo investigados. De manera que, eventualmente, los decesos podrían bordear los 90.

Eso es mucho más que sólo siete casos el año pasado y el número más alto desde 2003.

La fiebre amarilla es una enfermedad viral que se encuentra en las regiones tropicales de África y las Américas, la cual afecta principalmente a los seres humanos y los monos y se transmite por el mismo tipo de mosquito que propaga el dengue y el virus Zika.

El brote se produce cuando Brasil sigue luchando contra el Zika, que ha llevado a un aumento en la cantidad de bebés que nacen con microcefalia, una condición marcada por una cabeza anormalmente pequeña y que a menudo resulta en graves problemas de desarrollo.

La mayoría de las personas se recuperan después de la primera fase de la infección de la fiebre amarilla, que suele incluir fiebre, dolor muscular y de espalda, dolor de cabeza, escalofríos, pérdida del apetito y náuseas o vómitos.

Las autoridades sanitarias han distribuido 4,9 millones de vacunas contra la fiebre amarilla desde el comienzo del año.

En los estados donde se recomienda la inoculación, los brasileños se apresuraron a recibir una dosis y los centros de salud pública se quedaron, entonces, sin vacunas.

En el caso de Brasilia, la capital, se está investigando la muerte de una persona sospechosa de capturar el virus en la cercana Minas Gerais, y los habitantes han tenido que hacer cola durante tres horas en algunos casos para vacunarse.