Estas terapias están prohibidas por el Consejo Federal de Psicología desde marzo de 1999 y descartadas por asociaciones médicas en todo el mundo.
El juez de Brasilia Waldemar Cláudio de Carvalho supo cómo provocar una ola de indignación, primero en su país y luego en el resto del mundo, al aceptar el recurso interpuesto por una psicóloga vinculada a grupos evangélicos extremistas y aceptar como legales las pseudoterapias de reversión sexual o “terapias para gais”.
Carvalho apeló a la “libertad científica” para justificar su decisión y permitir a los psicólogos “estudiar o atender a aquellos que voluntariamente acudan en búsqueda de orientación acerca de su sexualidad, sin cualquier forma de censura, prejuicio o discriminación”. Aunque volvió a abrir la puerta a estas terapias prohibidas por el Consejo Federal de Psicología desde marzo de 1999 y descartadas por asociaciones médicas en todo el mundo, al mismo tiempo asumió como punto de partida de su sentencia la doctrina científica de la Organización Mundial de la Salud según la cual “la homosexualidad constituye una variación natural de la sexualidad humana, no pudiendo ser, por lo tanto, considerada como condición patológica”.
Las terapias de reversión sexual esconden una larga historia y han incluido opciones quirúrgicas, tratamientos hormonales, terapias de aversión, electrochoques, hipnosis y psicoanálisis. El británico Alan Turing, considerado el padre de la informática moderna y quien ayudó a descifrar el código Enigma alemán durante la Segunda Guerra Mundial, fue una de las víctimas de estos tratamientos cuando fue sometido a una terapia hormonal para “tratar” su homosexualidad.
La respuesta social ante la decisión del juez llegó pronto. En redes sociales, usando los hashtags #TrateSeuPreconceito (“trate su prejuicio”) y #HomofobiaNãoÉDoença (“homofobia no es enfermedad”), miles de ciudadanos, incluyendo artistas, publicaron videos para expresar su malestar. De hecho se convocó para este viernes una manifestación en São Paulo. Más de 3.000 personas han confirmado su presencia y otras 15.000 demostraron interés a través de Facebook.
El Consejo Federal de Psicología de Brasil anunció por medio de un comunicado que tomará medidas legales, ya que la decisión “abre la peligrosa posibilidad de utilizar terapias de reversión sexual”. “No hay manera de curar lo que no es una enfermedad”, declaró a The Guardian el presidente del consejo, Rogério Giannini. “No es un debate académico serio, es un debate ligado a posiciones religiosas o conservadoras”.
De hecho, la acción que originó el debate fue promovida por Rozangela Alves Justino, una psicóloga que ha hecho explícitas sus creencias religiosas. Alves Justino ha dicho que la causa de la homosexualidad se puede atribuir a “abusos sufridos en la infancia y en la adolescencia por personas que sintieron placer en eso” y ha culpado a los movimientos en favor de los homosexuales de aliarse con los psicólogos para “implantar la dictadura gay en el país”.