Esta restricción, ha explicado el Gobierno, no tiene validez con los ciudadanos locales, tanto nacidos en Brasil como nacionalizados, ni con aquellos inmigrantes con autorización previa de residencia en el país.
El Gobierno de Brasil ha decidido este jueves restringir durante 30 días la entrada de pasajeros extranjeros a través de vuelos internacionales de países como China, Corea del Sur, Malasia y gran parte de los europeos, como medida contra la expansión del coronavirus en el país, que ya ha registrado 621 casos y seis muertes.
Esta restricción, ha explicado el Gobierno, no tiene validez con los ciudadanos locales, tanto nacidos en Brasil como nacionalizados, ni con aquellos inmigrantes con autorización previa de residencia en el país.
En la lista, en la que están además Australia, Japón y países europeos ajenos a la Unión --Suiza, Reino Unido y Noruega--, no está incluido Estados Unidos, pese a ser el sexto país con más número de casos y contar con peores cifras de algunos de los países que sí han sido vetados.
La medida se suma a la que horas antes el Gobierno había anunciado en relación al cierre de fronteras del territorio durante 15 días con aquellos países de la región con los que comparte límites.
Las últimas decisiones del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, forman parte de la batería de medidas que ha estado tomando para frenar la expansión del coronavirus, después de fuertes críticas de una parte de la sociedad brasileña que no le ha perdonado que en un principio menospreciara el alcance de la pandemia, a la que tildó de "fantasía" y de haber sido amplificada por los medios de comunicación.
"Esperamos que en tres o cuatro meses el pico del virus haya disminuido, y en seis o siete meses el país vuelva a la normalidad", dijo hace unos días Bolsonaro a través de su semanal retransmisión vía Facebook, en la que también criticó las medidas que algunos gobernadores de los distintos estados del país habían tomado para frenar el avance de la enfermedad.
"La economía tiene que funcionar, las personas no van a quedarse en casa y alimentarse de la nada", criticó, al tiempo que cuestionaba medidas como el cierre de comercios, gimnasios e, incluso, la posibilidad de cerrar fronteras entre los estados brasileños más afectados.