"Al momento de comenzar a sentir sed y hambre y no consigan resolver el problema de vivienda, podría haber algunos disturbios", advirtió el ministro de Defensa brasileño.
Sao Paulo. El ministro de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, expresó su preocupación con el deterioro de la situación de seguridad en Haití, al punto que el hambre haga que la población se enfrente en busca de comida.
"Al momento de comenzar a sentir sed y hambre y no consigan resolver el problema de vivienda, podría haber algunos disturbios. Por eso estamos preocupados también con el tema de seguridad", dijo Jobim a la prensa al arribar a Brasilia procedente de Puerto Príncipe, la devastada capital haitiana.
"No hay hospital. (En parte) el hospital argentino cayó en pedazos, es el único que está funcionando y hay otros dos privados que se derrumbaron", dijo el titular de Defensa.
El ministro también dijo que el presidente de Haití, René Préval, aceptó la sugerencia brasileña de abrir fosas comunes para enterrar a los muertos, lo que ayudará a evitar el surgimiento de epidemias. "Lo que impresiona es la capacidad de resistencia al dolor de aquella población", comentó.
Según la Agencia Brasil, Jobim también dijo que el número de brasileños fallecidos en el terremoto podrían llegar a 17.
Entre ellos figura la doctora Zilda Arns, fundadora y coordinadora de la Pastoral da Crianca, un grupo de ayuda social y solidaria, cuyo cuerpo volvió a Brasil en la misma aeronave en la que viajó de regreso el funcionario.
También ya se confirmó la muerte de 14 militares brasileños que servían en la misión de paz de la ONU en Haití.
Además de ellos, Jobim colocó en la lista de brasileños fallecidos al segundo civil con mayor jerarquía de la ONU en Haití, Luiz Carlos da Costa, y a una persona no identificada.
El ministro también dijo que los cuerpos de los 14 militares brasileños fallecidos deberían llegar al país el fin de semana.