El evento se realiza con un clima de calor y lluvias que ayudará a aumentar la población del mosquito Aedes Aegipty, vector de la enfermedad.
La epidemia del zika sigue creciendo y se expande a diferentes países de las américas. Tanto al norte como hacia el sur. Brasil es el más golpeado hasta al momento. Allí, incluso, han muerto bebés que nacieron con microcefalia producto de que sus madres se contagiaron de la enfermedad. Como si eso fuera poco, existen sospechas de que la infección puede gatillar el Síndrome de Guillain Barre, una enfermedad autoinmune que daña la vaina de mielina que recubre los nervio, fenómeno llamado desmielinización. Este daño se denomina desmielinización y provoca que las señales nerviosas se movilicen de manera más lenta. Y, eventualmente, ya no circulen.
Las autoridades temen, entonces, una propagación todavía más masiva que la presente cuando, entre el 5 y 10 de febrero próximos, el país tenga una nueva versión de su fiesta insignia y una de las más populares: el Carnaval.
Consciente de ello, el presidente de la Sociedad Brasilera de Infectología (SBI), doctor Erico Arruda, dijo a el diario El Mundo que el carnaval tiene varios factores de riesgo: coincide con el período climático de calor con lluvias que favorecen a los mosquitos, a lo cual se suma que las personas tienden a despreocuparse durante la fiesta, usar menos ropa y olvidar utilizar repelente, lo que podría traducirse en más infecciones.
Hasta el momento hay 21, de los 26, estados brasileños con población infectada con el virus. El epicentro está ubicado en Pernambuco, que tiene más de un tercio de los casos encontrados de microcefalia.
A diferencia del dengue, que ya tiene una nueva vacuna para prevención, el Zika es un virus que nunca había arribado a las américas y aun no hay un medicamento específico para su cura. En vista de ello ministerio de Salud brasileño anunció que comenzaron nuevos estudios en busca de prepararla, pero todo el proces podría tardar entres dos a tres años, con suerte y mucho trabajo.
En cuanto a la posibilidad de que el virus aprovechara el otro gran evento de masas que tendrá lugar este año en Brasil, los Juegos Olímpicos, la gran diferencia es el clima: se realizarán en invierno, cuando el frío puede reducir el número de mosquitos. Pero no hay que confiarse, si el fenómeno climático El Niño se extiende, como se ha anticipado, podría ocurrir que el promedio de temperatura sea superior al normal.