Desde la Universidad Internacional de Valencia afirman que la comunidad docente también tendrá que trabajar arduamente para que sirvan de soporte de contención a las familias y estudiantes.
En el Día Mundial de los Docentes declarado por la Unesco, el docente Francisco José Recio del área de Educación de la Universidad Internacional de Valencia- VIU, habló sobre el panorama de los maestros y los desafíos que se vienen. Fue claro en advertir que siguen existiendo brechas de acceso a la enseñanza, a la información y a la tecnología, lo cual afecta la labor de los profesores y el aprendizaje de los alumnos.
Por ejemplo, cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierten que en América Latina dos de cada diez jóvenes viven en situación de fragilidad social debido a que están empleados en actividades precarias, están desempleados o no estudian ni trabajan y se ha dejado en evidencia una desigualdad estructural por las brechas educativas.
Para revertir todo este problema, los profesores son esenciales, ellos están abordando sus propios retos para brindar enseñanza de calidad y acorde a la evolución de la educación. “Entre los principales desafíos, inmediatos, los docentes -tras la coyuntura generada por el COVID-19- deberán reducir las brechas evidenciadas durante el confinamiento y su posterior ‘vuelta a la normalidad’, ya que si una cosa ha quedado latente en este lapsus de tiempo, por desgracia, aún sigue habiendo diferencias significativas en el acceso y uso de la información y las tecnologías. Más aún a nivel latinoamericano, donde existen grandes diferencias entre zonas urbanas y rurales, además entre familias con posibilidades de acceso a internet y herramientas digitales”.
Para el experto, la comunidad docente también tendrá que trabajar arduamente para que, llegado el momento de la vuelta a las clases de manera presencial, sirvan de soporte de contención a las familias y estudiantes. Sobre todo, para tranquilizarlos y transmitir, que, en la medida de lo posible, la escuela es un entorno seguro. Hay que ser claros en que muchas veces, por desgracia, deberán que sortear la escasa inversión de la administración educativa para mejorar y asegurar dichas condiciones de seguridad.
La tecnología como soporte
Para el docente, el papel de la tecnología es crucial, pero no por ser una “varita mágica que todo lo arregla”, sino porque puede integrarse como un medio (y no un fin) que ayude a hacer factibles determinados procesos que sin ella sería imposible en tiempos de confinamiento: desde gestiones académicas hasta el trabajo colaborativo con el alumnado.
Existe una necesidad de cierto sector educativo por la vuelta a las clases de manera presencial, al concebirse la educación como un proceso social donde, sobre todo, en etapas tempranas, es “inviable” hacerlo online o a distancia. Siempre y cuando se resguarden y garanticen las medidas de seguridad y salud de la comunidad docente será posible.
No obstante, ningún profesor debería olvidar todo lo que esta pandemia ha enseñado a los docentes, esas brechas evidenciadas y el panorama vislumbrado. Debemos aprender para no seguir cometiendo los mismos errores, pero toda la comunidad educativa y la administración. Sin excepciones.
“Incluso con una vuelta a las aulas de manera presencial, deberíamos tener diseñado un plan de retorno al confinamiento (temporal a causa de un rebrote) o implementar el trabajo con el alumnado para su desarrollo de la competencia digital. Sea cual sea el escenario futuro, es innegable que la ciudadanía debe ser competente digitalmente”, indicó el docente de VIU.
El futuro de los maestros
Un concepto interesante es “aprendizaje a lo largo y ancho de la vida”, ya que durante la carrera profesional (a lo largo) los profesionales de la educación deberían tener un desarrollo profesional, pero no basta solo con ello, sino que también deben desarrollar aptitudes desde diferentes espacios, entornos y modalidades (a lo ancho de la vida) por medio de la participación en seminarios, talleres, cursos de formación, compartiendo conocimientos en redes profesionales u observando la clase de un colega.
“Sintiéndolo mucho, creo que las diferentes administraciones están “al debe” con la comunidad docente. Basta con mirar la actual realidad de la coyuntura; hemos podido observar que sigue faltando inversión en bioseguridad y salud. Falta aumentar la infraestructura escolar, mejorar la calidad docente y las condiciones en las que se desarrolla, tiene la tarea pendiente de fortalecer las herramientas en las aulas y aumentar la continua formación docente”, expresó Recio.
Para concluir, indicó que por ello que el papel de los diferentes gobiernos y administraciones es crucial para atajar el problema y los retos que se presentan, donde plantea la existencia de una especie de pacto estatal para apuntalar la educación, pero de calidad.