El Country Leader de Chile en Philips Latinoamérica asegura que este país cuenta con una ventaja frente al resto de la región por la política regulatoria que permite ingresar tecnología una vez aprobada por la FDA o el CE.
Que la prevención es necesaria para hacer sostenibles los sistemas de salud a nivel mundial parece ya un hecho innegable, pero los mecanismos que se necesitan para alcanzar esto y la tecnología necesaria no siempre es considerada en la discusión. Bruno Gugelmin, Country Leader de Chile en Philips Latinoamérica opina que los mejores resultados se obtienen al trabajar en conjunto la industria privada con los gobiernos.
Con solos dos años desde su llegada a Chile, pero siete en la empresa, Gugelmin -brasileño- explica que los gobiernos en la región no siempre están centrados en entregar una atención de calidad: “Cuando uno ve países como Brasil o Argentina, u otros países de la región, empieza a ver que las políticas públicas de salud van mucho más por, no querer lo mejor o lo último, sino por poder decir que se puso lo que había, muchas veces protegiendo la industria nacional, con impuestos distintos para quienes traen tecnología fuera del país. Eso pasa tanto en Brasil como Argentina. No se fijan tanto en la calidad y la forma en que entregan la solución a la población, sino cuánto pueden entregar antes de las próximas elecciones para ver si pueden re-elegirse”.
Según Gugelmin, en Chile las cosas funcionan distinto: “Sin hablar acá de si el gobierno está bien o mal, estoy hablando conceptualmente de cómo veo esa parte de salud. El mismo gobierno fue quien partió haciendo inversiones en alta tecnología en Chile, no fueron los privados. El gobierno elevó el nivel con licitaciones públicas donde ya pedía equipos de más alto nivel, la última tecnología disponible. Es un país mucho más abierto. Si bien pasa por el hecho de que no hay producción nacional, pero han encontrado un muy buen equilibrio, de cómo hago para fomentar que vengan las empresas y al mismo tiempo elevar el nivel de la solución que puedo entregar”.
El país aplicó una norma según la cual, al no poder llegar a toda la población con el sistema público, se asociaría con instituciones privadas como clínicas, pero se les exigía estar al mismo nivel o superior en cuanto a la tecnología utilizada: “Eso avanzó mucho la adopción de tecnología en Chile. Los privados que trabajaban con el mínimo del mínimo, como era en otros países, fueron de cierta forma obligados a elevar su estándar. Y hoy, si uno mira en las gamas tecnológicas que tiene Phlips o las otras empresas, probablemente el país con más base instalada -de dispositivos- de gama alta o premium es Chile”. Eso incluso comparando el tamaño del mercado chileno en comparación con Argentina o Brasil.
Parte de la razón por la que esto funciona, según Gugelmin, puede ser que el sector público y el privado no compiten por un mismo segmento de la población: “Quien es del público, va a ser quizás siempre del público y quien es del privado, del privado, pero uno impulsa al otro a entregar siempre los mejores niveles de tecnología”.
De hecho, en el país, el escáner más avanzado de Philips se encuentra disponible en el sistema público en el Hospital las Higueras de Talcahuano y en la privada Clínica de la P. Universidad Católica.
-¿Las regulaciones específicas por país influyen en esto?
- Yo no diría que impacta tanto qué nivel de equipo llega, pero sí los tiempos. Al minuto que me aprueban un equipo nuevo en Europa con certificación CE o en EE.UU. con FDA, es suficiente para poder traerlo a Chile, dentro de esas regulaciones o esos marcos, mientras que en otros países hay que pasar por la reglamentación propia, que lo cual para mí, siendo brasileño, no me hace sentido.
Para Gugelmin, las regulaciones de entidades como la FDA son suficientes: “Sabiendo la calidad y el escrutinio de la FDA cómo puede Brasil o Argentina imaginar que van a atener más capacidad de regulación. Me parece un poco nacionalista, de “yo me cuido, yo me protejo, yo me regulo”. Versus lo de Chile que si un organismo como la FDA lo acepta, “yo creo que es suficiente para mí, yo quiero estar primero en la cola y tener esa tecnología””.
-¿Opina que seria mejor que otros países asumieran esas regulaciones?
-Yo creo que es importantísimo que existan regulaciones, pero uno debe entender a qué nivel. Una FDA, un CE, u otros mecanismos son muy valiosos, improtantísimos para segurar la calidad de la tecnología y la solución que está saliendo. Si piensas la cantidad de pequeñas empresas, yo diría casi dentro del garage, de gente haciendo rayos X, no puede pasar que eso salga al mercado in tener un mínimo estándar de calidad. Entonces, parto diciendo que yo creo que la regulación en sí, en el área médica, es importantísima, porque uno tiene que asegurar un mínimo estándar de atención, para asegurar que los pacientes están recibiendo cosas de calidad, tratamientos de calidad o soluciones de calidad.
Partiendo de ese punto. En mi opinión, creo que es cuestionable tener regulaciones locales en cada país. Quizás valdría más tener fuerza en la FDA, CE u otro mecanismos internacional que mantenga un mismo estándar, y no que cada país chequee lo mismo, porque al final es lo que hacen. Yo como Philips tengo que ir a Brasil y mostrarle todo lo que hice, todo lo que aprobó la FDA, el CE, las pruebas. Muchas veces es re-hacerlas, entonces tengo que hacer todas las pruebas que ya hice para la FDA, volver a hacerlas en el país, en Brasil. Eso implica costos a la compañía que es trasladado como costo a los gobiernos, o a los clientes o a los que compran el producto final. Es la regulación que me está obligando a duplicar o triplicar esfuerzos que ya estaban bien hechas de una primera vez. Para mí, yo creo que es cuestionable y Chile gana competencia en la región, al permitir que nuevas tecnologías ingresen antes.
-¿Qué tan extendida está la presencia de la compañía en Latinoamérica?
Latinoamérica es uno de los principales mercados de Philips de manera global. Es extremadamente importante para los resultados de la compañía como un todo. Estamos presentes en, yo diría, que todos los países de Latinoamérica, de distintas maneras. algunos de manera directa con oficinas como acá en Chile o Argentina, Brasil, Colombia, Perú, Puerto Rico, Panamá, mis oficinas directas y en otras, estoy eventualmente con distribuidores o agentes comerciales que representan la marca Philips muchos de ellos de hace muchos años o décadas, representando la marca en sus países. Hoy estoy presente en todos los países, pero con distintos niveles de presencia, sea directa o indirecta y con más o menos foco dependiendo también del tamaño del país. Un mercado como Chile, Argentina, Brasil, México, requieren un foco muy muy fuerte e importante, mientras Nicaragua o Honduras son menos relevantes porque el tamaño del mercado así lo es.
-¿Tiene planeado trabajar con gobiernos o instituciones para promover la prevención?
-La prevención es cada día más clave porque la población mundial está cada día viviendo más tiempo y tiene cada vez más edad y con la edad vienen las enfermedades naturales del ser humano, es el ciclo natural, y a medida que la medicina avanza, necesito ocuparme de la prevención, porque sino, voy a colapsar en el diagnóstico y tratamiento de toda esa gente y no habrá estructura y financiación suficiente para aportar en eso. La prevención, sin duda, es clave.
En muchos países como Inglaterra y Australia, todo el programa de prevención de cáncer de mama, de screening de las mujeres está basado en los equipos Philips Microdose. Dentro de toda la red estructurada médica y programas arman redes en todo el país con equipos Philips para aportar en la prevención del cáncer de mamá. Hasta equipos en camiones tenemos en Australia para que lleven los mamógrafos a los aborígenes en el desierto y permitir hacer los exámenes en esa población de minorías también.
Para Gugelmin, es importante que se realicen este tipo de asociaciones: “Esto se hace posible porque el gobierno de Australia quiere invertir y arma bien un programa. Y por el otro, porque la tecnología de Philips lo permite. No cualquier equipo de mamografía puede meterse en un camión y salir al desierto a 40-50°C, son equipos frágiles que demandan refrigeración constante y Phlips permite ese tipo de cosas. Es la unión de la voluntad de un lado, con la tecnología del otro que permite hacer ese tipo de programas, e iniciativas interesantes”.
Más que pacientes
Actualmente la compañía está trabajando en el proyecto health continuum, cuya idea es estar presente en todos los puntos de interacción posibles en la vida de las personas, desde la vida saludable, prevención, diagnóstico, tratamiento y cuidado en el hogar. La misión que se auto impusieron es “tocar la vida” de 3.000 millones de personas hasta el 2025.
“Es importante decir que no son solo pacientes, no son solo enfermos”, destaca Gugelmin. Explica que se trata de que las personas pueden ser tratadas con equipos de la compañía, pero también quienes mejoran su alimentación con los aparatos de cocina o que contaminan menos al gastar menos electricidad con otro.
De médicos para médicos
La nueva familia de dispositivos de terapia guiada por imagen de Philips será lanzada en Chile. Lo que destaca al equipo es que fue desarrollado a lo largo de siete años en base a los comentarios de médicos que ya utilizaban la versión anterior, para mejorar la interfaz de usuario:
“Estamos hablando de un área en que muchas veces la gente llega con peligro de muerte. No es simplemente veamos qué pasa, o te hago un diagnóstico y vas a sacar una segunda o tercera opinión, es que llega alguien con un infarto o con un paro cardíaco y el médico tiene que actuar ahí mismo y solucionar el problema o el paciente va a morir”, explica Gugelmin.
El dispositivo es escalable, por lo que los hospitales pueden hacer inversiones en el tiempo en función de sus necesidades.
El primer país de la región que recibirá el equipo es Chile. Gugelmin asegura que en parte se debe al manejo de patentes que tiene el país, que se muestra como una ventaja: “Tengo altísima calidad de medicina acá, médicos altamente calificados y tengo un mercado abierto que permite traer la solución tan pronto tiene certificación FDA o CE. Entonces, el mismo médico o la población van a tener uno dos años antes que la población de otros países que requieren su certificación propia”.