Bayern se las arregla fácilmente para asegurarse otro título. La llamada "competencia" no había estado tan lejos de los campeones en mucho tiempo. En esta columna, un periodista deportivo esboza una salida.
Estoy aburrido. Todos los fines de semana la misma cosa. El Bayern gana y los equipos que supuestamente lo persiguen meten la pata. Esto ha estado sucediendo desde hace años. ¡Los de Múnich lideran la tabla con 18 puntos de ventaja, tienen el primer lugar y se convertirán en campeones de Alemania por sexta vez consecutiva! Bostezo. No hay buenos argumentos (de ventas) para la Bundesliga. En comparación internacional, el campeonato queda muy rezagado en comparación con otros de alto nivel. Y no hay mejoras a la vista.
El Borussia Dortmund se arrastra a lo largo de la temporada y hace todo lo posible para deshacerse de su competitividad. Ilkay Gündogan, Henrich Mchitarjan, Ousmane Dembelé, Mats Hummels y, más recientemente, Pierre-Emerick Aubameyang, todos han dejado el que era antes el "club más caliente de Europa". Incluso el gran entrenador Jürgen Klopp, que fue campeón con el Dortmund, ha sido contratado en Inglaterra.
"No es tarea del RB Leipzig pensar cómo cerrar la brecha con el Bayern", dice Ralph Hasenhüttl, entrenador del Leipzig. ¿Schalke, Leverkusen, Mönchengladbach? Tampoco. No hay esperanza. Ya ni siquiera existe el emocionante duelo por el goleador entre "Auba" y Robert Lewandowski.
Incluso cuando la asistencia promedio de aficionados a los estadios de Alemania sigue siendo alta, la tendencia podría variar. Partidos en horarios extraños, juegos los días lunes y Helene Fischer han incrementado el descontento de los fanáticos. También la desoladora carrera por la corona de campeón. Se discuten cosas como dos divisiones, playoffs, un sistema de transferencia modificado o la eliminación de la regla 50+1. Al menos en el último caso, no se debería esperar alguna mejora, porque incluso en Inglaterra o España, los campeones ya están casi seguros.
¿Qué cambio que realmente ayude queda por esperar? Algo tiene que cambiar, porque de lo contrario solo queda la solución de que el presidente Uli Hoeneß retire su Bayern del juego por puro aburrimiento.