Los mercados también estaban cautelosos antes de reuniones de los bancos centrales de Japón y Estados Unidos que se realizarán esta semana, aunque se espera que ambos mantengan relajadas sus políticas monetarias.
Sydney. Las bolsas en Asia caían este lunes desde máximos en siete semanas, debido a que una disputa sobre la divisa china entre Pekín y Washington, sumada a la preocupación por la deuda soberana, mantuvieron a los inversores lejos de los activos de riesgo.
Los mercados también estaban cautelosos antes de reuniones de los bancos centrales de Japón y Estados Unidos que se realizarán esta semana.
Se espera que ambos mantengan relajadas sus políticas monetarias, con la posibilidad de un mayor recorte en las tasas de Japón, que ha visto una fuerte apreciación del yen.
"Los movimientos que ha tenido hoy el mercados pueden ser descritos como nerviosos", dijeron analistas de Westpac en una nota.
"Los comentarios que vertió el primer ministro chino, Wen Jiabao, durante el fin de semana sobre el yuan y la economía dejaron a los operadores con pocas dudas de que el actual 'fijación sucia' no avanzará rápido - al menos no hoy", indicaron los expertos.
Wen dijo el domingo que el yuan no está devaluado, y rechazó los llamados internacionales a permitir que la divisa se aprecie. El también dijo que existe la posibilidad de que la economía mundial podría sufrir una recesión de doble caída ya que las condiciones en algunos países siguen débiles.
Un reporte divulgado el lunes de la agencia de crédito Moody's sobre el aumento en la deuda gubernamental apoyó la noción de que los inversores deben hacer apuestas seguras.
El índice MSCI de acciones asiáticas no japonesas rápidamente recortó ganancias tempranas para caer 1% a mitad de la tarde, mientras que el referencial japonés Nikkei cerró plano la jornada.
Las acciones en China lideraron las pérdidas en la región, retrocediendo 1,2% por los persistentes temores de que Pekín continuará reduciendo la liquidez para desacelerar la inflación.
Un reporte mostró el viernes que el sentimiento de los consumidores estadounidenses se debilitó a comienzos de marzo, sumado a la inquietud en las bolsas de Asia, eclipsando otros datos que mostraron que las ventas minoristas en febrero subieron de manera imprevista.