Matt Symonds es editor general de MBA50.com y co-autor del bestseller "Getting the M.B.A. Admissions Edge", una guía de admisiones patrocinada por Goldman Sachs y McKinsey.
No importa que tan bueno eres en lo que haces, a veces es el momento de cambiar de dirección. Yao Ming, puede haber tenido una gran carrera como uno de los mejores jugadores del mundo de basquetball, pero se ha retirado de las canchas para poder concentrarse en su negocio de inversiones y administrar su amado equipo, los Shangai Sharks. Hasta ahora, Yao no ha mostrado signos de interés en estudiar sobre negocios para ayudarse en esta nueva carrera, pero un gran número de estrellas deportivas y celebridades han optado por ese camino en los últimos años.
La Escuela de Negocios de la Universidad de George Washington ha decidido que al incluir a ex futbolistas y estrellas de baseball a las clase a las que asisten banqueros y empresarios, simplemente no se obtienen los mejores resultados. En consecuencia, se ha desarrollado un programa especial de MBA para estos ejecutivos, llamado STAR – la sigla en inglés para Talento Especial, Acceso y Responsabilidad – orientado a las necesidades de atletas y otras celebridades. A los participantes se les asignan tutores personales para ayudarlos en la transición al mundo de los negocios, y los cónyuges son alentados a incluirse cursos para ayudar a la familia completa a adaptarse a un nuevo estilo de vida. Hasta ahora, el programa ha atraído a la gimnasta olímpica Dominique Dawes y a varios ex jugadores de la NFL.
Sin embargo, otras estrellas deportivas parecieran creer que pasar tiempo con compañeros atletas significa perder gran parte del beneficio de asistir a una escuela de negocios. “Creo que una de las mayores ventajas de la experiencia en una escuela de negocios proviene del contacto con personas con diferentes pasados”, dice Craig Buntin, un ex patinador en hielo olímpico que actualmente está cursando el MBA en la Facultad Desautels de Administración de la Universidad McGill de Canadá. “Si tienes una verdadera diversidad de experiencias de trabajo, culturas y nacionalidades en la sala de clases, obtienes una nueva serie de perspectivas. Y eso es vital si quieres ser parte de la próxima generación de líderes empresariales”, asegura Buntin.
Algunas celebridades de renombre también parecen pensar que codearse con líderes empresariales establecidos en el campus es una buena manera de aprender la lección para convertir sus propias compañías en marcas a nivel global. Por ejemplo, la estrella internacional de fútbol, Luis Figo, ha invertido en el programa de administración general en la escuela Española IESE en Madrid para ayudar a aumentar su cartera de hoteles, bares y compañías eléctricas, mientras que la ex súper modelo, actual empresaria y personalidad de televisión Tyra Banks, se ha inscrito para el programa educativo de administración ejecutiva para dueños/presidentes en la Escuela de Negocios de Harvard. Banks ha dicho que ella cree que el programa – de tres semanas en el campus durante un período de tres años – es la mejor manera de invertir en ella misma y hacer crecer su imperio de medios. En una entrevista de la CBS dijo que así también se asegura de poder manejarse en discusiones sobre precios netos actuales o descuentos de flujo de caja.
Cuánto puede una temporada en una escuela de negocios realmente ayudar a una celebridad a cambiar de dirección su carrera es, por supuesto, un tema de debate. Después de todo, el glamour asociado al nombre de una estrella deportiva o a una carismática súper modelo pueden tener tanta influencia en un potencial empleador como una mejor comprensión de los balances o estrategias de marketing. Si eso es cierto para las celebridades, plantea serias dudas sobre la utilidad de las escuelas de negocios cuyos nombres no son famosos. Entonces, ¿qué tan útil es la experiencia de una escuela de negocios para los simples empleados que buscan reinventarse sin tener los beneficios de medallas olímpicas o trofeos NFL?
“Mientras que un MBA es una gran decoración de torta, la mayoría de los que reclutan están más interesados en la torta misma”, dice Graeme Lee, director del grupo de profesionales y administradores de reclutamiento de la firma Antal International. “Tener en tu currículum a Escuela de Negocios de Warton, Harvard o Stanford definitivamente te hace un candidato atractivo, pero la decisión de contratación aún se hace sobre la base de lo que haz demostrado poder hacer en tu carrera hasta la fecha. En los inciertos mercados en los que vivimos actualmente, pocas organizaciones están dispuestas a respaldar a alguien para hacer algo que nunca ha hecho antes solo por haber destinado unos cuantos años y un montón de dinero a un título en una escuela de negocios”.
Por supuesto, esto no quiere decir que todos los graduados de MBA están condenados a volver a los trabajos que realizaban antes de comenzar sus estudios. De hecho, hay más personas que cambian de carrera que personas que desean potenciar o mejorar la propia inscritos en programas de MBA de tiempo completo. Y un informe del Graduate Management Admission Council que comparaba estos dos grupos, descubrió que aquellos que cambian de carrera es más probable que estén muy o extremadamente satisfechos con sus programas de título y que crean que han desarrollado mejores habilidades como resultado de sus MBA, que aquellos que potencian su carrera.
Así, las celebridades se convierten en magnates de los negocios, mientras que los ingenieros se convierten en consultores, los asesores se convierten en banqueros y los banqueros se convierten en… bueno, lo que sea que los banqueros hagan después los hará más responsables y aversivos al riesgo de lo que eran en el pasado.
La mayoría de los cambios en sus carreras se han logrado sobre la base de las habilidades que el individuo ya poseía y que la escuela de negocios moldeó, aumentó y situó en un contexto más amplio. Tal ves eso signifique una mentalidad ganadora por sobre las habilidades físicas para el ex corredor de los Arizona Cardinals, Jason Wright, quien se ha retirado de la NFL para obtener un MBA en la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago.
Pero si lo que quieres es un real cambio en tu vida, entonces puede que necesites estar preparado para hacer una introspección para lograrlo. Mientras que una escuela de negocios puede ayudarte a formular un nuevo negocio y a ponerte en contacto con una red de tutores, compañeros emprendedores y potenciales inversionistas, la base real para el éxito –tanto para los famosos como para los inadvertidos– no la encontrarás en ninguna sala de clases, si no que dentro de ti.