Puede producir efectos en algunas personas como alteraciones en el sueño, mayor cansancio, insomnio, irritabilidad o ansiedad.
A principios de año el gobierno decidió poner fin al horario único de verano, e instauró un horario de invierno de 3 meses de duración que comenzó el pasado 14 de mayo y que terminará el próximo sábado 13 de agosto, ese día volverá a regir el horario de verano UTC-3, lo cual implica adelantar una hora los relojes en el país.
El cambio de hora, tanto en otoño como en primavera, es una medida impulsada en base a la idea del aprovechamiento diurno de la luz natural y el ahorro energético.
Aunque sólo sea una hora de variación, puede producir efectos en algunas personas como alteraciones en el sueño, mayor cansancio, insomnio, irritabilidad o ansiedad.
Si adelantamos los relojes conseguimos que no amanezca tan temprano y alargamos las horas de sol por las tardes. La posibilidad de contar con una hora más de luz permite tener mayor productividad en el trabajo ya que el reloj biológico se va a ajustando naturalmente a estos cambios influyendo en nuestro ánimo y nuestras horas de actividad. Además, la jornada no terminaría con poca luz, por ende, muchos encuentran motivación para realizar actividades después del horario laboral, al aire libre, compartir con la familia, hacer ejercicio, etc.
Desde Laborum.com entrega algunas sugerencias para aminorar los posibles efectos del cambio de horario y así no verse afectado durante las horas de trabajo:
- Mantener el ejercicio físico suave, de esta manera se puede ayudar a “avanzar” el reloj interno, al aumentar la concentración de serotonina y de otros neurotransmisores en el cerebro.
- Cuidar los hábitos de sueño. Con horarios regulares a la hora de acostarse y levantarse, también ayuda a llegar con energías a trabajar.
- Modificar paulatinamente el horario de comidas y evitar la ingesta excesiva de cafeína y alcohol.
- Melatonina. Se ha sugerido que tomar dosis de la hormona melatonina durante unos días podría ayudar a regular los ciclos de sueño y vigilia en las personas sensibles a los cambios horarios.
- Adaptarse al cambio horario desde unos días antes. Se aconseja que se vayan haciendo cambios graduales y progresivos de diez minutos cada día en el sentido del próximo cambio de horario por lo menos una semana antes.
- Estar atentos a los ajustes automáticos de los equipos electrónicos para evitar llegar atrasado o adelantado a trabajar.