Una moda que atraviesa 4 siglos, la corbata ha sido y es, un símbolo de estatus y seriedad. Sin embargo, ya algunos quieren desterrarla.

¿Qué tienen en común Barack Obama, Rafael Correa, Evo Morales, Francisco de Narváez y Junichiro Koizumi? Además de estar vinculados con la política en sus respectivos países, también suelen prescindir de la corbata. Todo sea por escapar de la imagen aburrida, seria y de autoridad a la que están vinculados debido a sus cargos y lograr de paso un estilo moderno.

Fue durante el siglo XVII cuando alrededor de 6 mil soldados y caballeros llegaron a París para apoyar al rey Luis XIII. Entre ellos se encontraban algunos soldados croatas que usaban pañuelos atados al cuello, lo que llamó la atención de los franceses hasta el punto de adoptar este estilo. Un ejemplo de ello, relata Francoise Chaile en el libro “La Gran Historia de la Corbata”, es que Luis XIV mandó a diseñar para el regimiento real un pañuelo con la insignia real, al que se llamó Cravette y que proviene de la palabra Crabete, que significa Croata.

Desde entonces, este trozo de tela, fue instalándose como un implemento de moda masculino ineludible, al que terminaron acudiendo hasta los más rebeldes, como Fidel Castro, que en algún momento cambió sus trajes verde oliva por ternos y... corbatas. Sin embargo, hoy el dejar de lado este accesorio, al menos en ocasiones, es visto como un acto de desprendimiento de un símbolo de gravedad, y de ahí que se vean a estos hombres como personas más independientes e, incluso, casi revolucionarias. 

“En general se está dejando de usar, pero no se va a desterrar, porque a nivel de etiqueta, de cenas de gala y junta de negocios, la corbata es irreemplazable. Hay una tendencia de que el público de menos de 45 años deja de usarla, pero la elegancia, el porte y la autoridad que tiene quien usa este complemento no la tiene quien prescinde de ella”, explica María Pía Estebecorena, presidenta de la Association of Image Consultants International para Argentina y directora de Cimagen.

Para Martha Calad, la directora del Laboratorio de Moda de Inexmoda, la corbata nunca pasará de moda, pese a que la moda masculina se vaya "casualizando" cada vez más. “Habrá momentos, cargos u ocasiones donde se use la corbata y siempre estará presente. Por ejemplo, el presidente de una compañía en determinada reunión o momento siempre estará presente la corbata, pero obviamente el consumidor busca permanentemente más el confort y el bienestar”, dice Calad.

Si bien es más común que quienes tienen menos de 45 años estén más dispuestas a sacarse la corbata, no siempre este cambio en el atuendo tiene relación con la edad, sino que tiene un vínculo con la profesión. De ahí que Estebecorena y Calad coincidan en que arquitectos, corredores de bolsa, diseñadores, publicistas e incluso los médicos, hayan dejado de usarla.

Pero este cambio también tiene relación con la empresa. A contar de los 90', en Canadá y Estados Unidos se comenzó a practicar el casual friday -algo que emulaba la forma de trabajar relajada de California- en el que los ejecutivos dejaban de lado por un día el código de vestimenta más estricto por uno más informal. Asimismo, hace al menos cuatro años que la empresa española Acciona propuso a los empleados dejar de usar trajes de chaqueta, manga larga o corbata, con la finalidad de reducir el consumo energético en las instalaciones de ese verano. Entonces, fue común el que algunos hombres de negocios y políticos dejaran de usar este complemento, escudándose del ahorro que significaba para el planeta.

Estebocorena explica que la corbata se relaciona con la formalidad y por lo mismo es más usual ver que usen este accesorio funcionarios que trabajan directamente con los clientes o periodistas de televisión.

Brillos y corbatín

Nadie niega el sello que tiene el usar accesorios de telas vistosas y elegantes, por ello algunos ejecutivos y profesionales recurren a otros complementos para hacerle el peso a la desusada corbata y verse igualmente elegantes.

“Hay una tendencia de moda donde no es la corbata la presente sino el corbatín. Con una imagen súper retro, muy de los años 30'. además, con unos trajes ajustados al cuerpo, donde son estructurados y aparecen nuevas combinaciones de color, sobretodo en el verano con colores más brillantes en telas con algodón. Habrá tendencia donde involucras uno u otro accesorio, pero donde se conserva esta formalidad y rigidez del mundo formal”, opina Calad.

Para Estebecorena, una vez que falta la corbata, la atención se centra en la camisa, y por lo mismo se debe tener cuidado en la calidad y diseño de esta prenda. “La marca Calvin Klein tiene camisas para trajes sin corbata y la tienda por departamentos Macy's tiene la marca propia Alfani que cuenta con una línea en EE.UU. de camisa especiales para estas condiciones. En estos casos importa el color, la facturación, brillo de la tela. Los camisas están teniendo un leve brillo que hace que resalte el conjunto sin la corbata”, dice.

Cómo sacar partido a un look sin corbata

Estebecorena y Calad asumen que para los hombres es casi un acto heróico prescindir de la corbata cuando se trata de eventos importantes, porque ésta es un símbolo de credibilidad, autoridad y poder, componentes que se aminoran cuando se quita este complemento.

Así que si usted tiene deseos de atreverse a dejar la corbata a un lado, a continuación algunos consejos.

La camisa: esta es una de las prendas que quedan a la vista cuando falta la corbata, por ello, las especialistas recomiendan no escatimar gastos cuando se tiene que comprar alguna. Fijarse bien en en el color y calidad.

Pañuelo en el bolsillo: Volvió a estar de moda, ocupando el espacio de color que está dejando vacío la corbata.

Bufandas y guantes: dependerá del clima, pero ambos accesorios proyectan estilo. Especial cuidado se tiene que tener, al igual que con la camisa, con la calidad de la tela y el color. 

El traje: Idealmente con una mezcla de fibras y cuidando la estructura del traje, que sea acorde a las tendencias y con una chaqueta de una abertura sencilla. Asimismo, recordar usar trajes claros a medida que llegue la primavera y mientras más tarde en el día, más oscuro.