Camille Claudel ya tiene su propio museo
Lunes, Marzo 27, 2017 - 15:05
Pequeña ciudad francesa de Nogent-sur-Seine le rinde homenaje a quien fuera alumna, musa y amante de Auguste Rodin.
La pequeña localidad de Nogent-sur-Seine se encuentra a unos 100 kilómetros de París. La fecha de inauguración del Museo Camille Claudel, el 26 de marzo de 2017, no se ha elegido al azar; ella coincide con la conmemoración de Auguste Rodin, fallecido hace un siglo. Dentro y fuera de Francia, diversas instituciones culturales recuerdan al célebre escultor galo. Hace pocos días, se inauguró en el Grand Palais de París una extensa exposición sobre la influencia de Rodin en las siguientes generaciones de artistas.
Nogent-sur-Seine jugó un importante papel en la vida de la escultora Camille Claudel (1864-1943). Ella se mudó a ese pueblo de seis mil habitantes cuando contaba con 12 años de edad y residió allí tres años. Allí creó sus primeras esculturas. La casa donde vivió ha sido ahora reconvertida en museo y ampliada hasta 1.283 metros cuadrados para albergar exposiciones. El arquitecto Adelfo Scaranello ha sido el artífice del proyecto, que se caracteriza por el uso de ladrillos artesanales que conjugan la arquitectura ya existente con los nuevos espacios.
Reine Marie Paris, sobrina nieta de Camille Claudel, cree que el museo recién inaugurado es un reconocimiento tardío del arte y el genio de la obstinada escultora. "Aunque llega tarde, este Museo es un intento de rescatar a Claudel de la sombra de Rodin", asegura. Paris ha dedicado toda su vida a preservar el legado de Claudel y su memoria. No solo ha escrito una biografía sobre ella, sino que también ha organizado setenta exposiciones. Además, colecciona obras de su antepasada y ha vendido todas las piezas que ha logrado reunir al municipio de Nogent-sur-Seine para conformar la base del nuevo museo. "Es un gran honor tanto para ella como para mí, porque he trabajado mucho tiempo para Camille”.
Una escultura de la propia Claudel saluda a los visitantes que llegan al Museo. Pero para descubrir las obras de la artista, deben tener un poco de paciencia. El recorrido los conduce primero por la historia de la escultura en el siglo XIX, después por la obra de Rodin y otros iconos de la historia del arte, hasta llegar finalmente a la sala de Claudel.
El museo muestra también piezas de escultores que tuvieron que ver con la localidad de Nogent-sur-Seine. Uno de ellos es Boucher, el primero que descubrió el talento de Claudel. Él fue quien se la presentó a Rodin cuando éste impartía clases en la academia de arte donde Claudel se formaba. Los visitantes también entran en contacto con la impresionante obra de Paul Dubois. Una de las atracciones es su estatua ecuestre de Juana de Arco.
El Museo no evita mostrar la compleja relación de Claudel con Rodin. Ella fue durante años su ayudante, su modelo, su musa y su amante.
"Se la consideraba tan solo su discípula”, dice Cécile Bertran, la curadora del nuevo museo. "Por supuesto que tuvo una enorme cercanía artística con Rodin. Tenían mucho en común, pero Rodin se hizo conocido primero”, explica. Aunque Rodin siempre intercedió por ella, Claudel nunca logró ganar concursos y recibir encargos. El fracaso se reflejó en su creación, por ejemplo, en la escultura "La edad madura”, de 1902, una obra que evoca la indecisión de Rodin entre Camile y su pareja oficial.
También la pieza que refleja la despedida de Rodin de Camille puede admirarse en el nuevo museo. Se trata de la escultura "El adiós”, que muestra a Camille con cabello corto. Tras su separación, Claudel desarrolló pánico de que Rodin la espiara para robarle sus ideas artísticas. Ella misma destrozó numerosas esculturas y vaciados de escayola. Solo quedaron unas cuantas obras intactas. A la edad de 48 años, la familia de la artista decidió internarla en un sanatorio mental. Allí permaneció hasta su muerte, en 1943.
Una de sus piezas más poderosas es la titulada "Las charlatanas”, de 1943. Es un ejemplo de cómo la artista luchó para transitar su propio sendero artístico, alejado de la influencia de Rodin. "Es una escena muy elocuente", dice Bertran. "Se tiene la sensación de escuchar la conversación de las mujeres”.
Claudel pasó a la historia como un apéndice de la biografía de Rodin, lo que ha supuesto un obstáculo para su plena consideración como artista. Pero la tortuosa relación también ha rodeado su obra con un dramático halo que, a su vez, ha servido para darla a conocer. Claudel nunca consiguió encargos en vida. Con este museo, obtendrá un merecido reconocimiento y eludirá el olvido.