Se calcula que uno de cada dos adultos padecerá osteoartritis en algún momento de la vida. Se trata de un dolor permanente de la articulación de las rodillas, que se sufre por vida sedentaria y sobrepeso.
El desgaste progresivo del cartílago entre las articulaciones es la principal causa de la osteoartritis, molestia dolorosa que afecta a las personas mayores de 40 años con vida sedentaria y tendencia al sobrepeso. La zona que se ve más frecuentemente afectada es la articulación de la rodilla.
Sólo en Estados Unidos, se trata de un mal que afecta a casi 30 millones de personas, según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés).
La osteoartritis es, en rigor, la forma más común de la artritis. Su generalización es de tal envergadura, que se calcula que uno de cada dos adultos la padecerá en algún momento de la vida. Se le conoce además como artritis de desgaste, artritis degenerativa, osteoartrosis o enfermedad degenerativa de las articulaciones.
Existe consenso médico en que el ejercicio es una de las maneras más eficaces de aliviar el dolor y la rigidez que causa la osteoartritis en la articulación de la rodilla.
La razón principal es que se fortalecen los músculos alrededor de la zona y con ello mejora la flexibilidad, el rango de movimiento y el equilibrio. En ese sentido, son tres las razonaes principales por la que el ejercicio ayuda a enfrentar este mal:
- ayuda a mantener un movimiento de la rodilla más amplio
- fortalece los músculos que dan soporte a la articulación
- con ello, la articulación puede absorber mejor el impacto y la fricción que se produce con el movimiento
Una cosa es clara, eso sí: los ejercicios no tienen que ser muy intensos para dar buenos resultados. De hecho los mejores son los de bajo impacto para reducir a un mínimo el estrés sobre la articulación, lo que puede ir aumentando en intensidad a medida que se gane fuerza y flexibilidad.
La movilidad frecuente puede disminuir y aliviar el dolor, la inflamación y la rigidez de la articulación.
Lo ideal es practicar a diario durante una media hora o distribuidos en varias sesiones de diez minutos más o menos. En ese sentido, la mejor forma de practicar es caminar. Se trata de una actividad aeróbica de bajo impacto que puede ser perfectamemnte regulada.