“Lo que observo es que no se han unificado criterios internacionales y cada país decide según sus asesores internos, en mi opinión algunos bien asesorados, otros no”, dice el Dr. Julio Cano, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Luis N. Sáenz de Perú.
América Latina ya comenzó su campaña de vacunación COVID-19. Puerto Rico, México, Costa Rica, Chile y Argentina han recibido los primeros cargamentos de dosis, de los laboratorios Pfizer, Moderna y Gabaleya, responsable de la rusa Sputnik V.
A pesar de estas iniciativas, el operativo ha estado marcado por una coordinación variable a nivel regional, y por fases, que tiene previsto extenderse hasta el 2022. “Lo que observo es que no se han unificado criterios internacionales y cada país decide según sus asesores internos, en mi opinión algunos bien asesorados, otros no”, dice el Dr. Julio Cano, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Luis N. Sáenz de Perú.
A lo que añade: “A falta de un criterio internacional unánime, va a depender de cada país según quienes consideren tienen el mayor riesgo de exposición o mayor riesgo de desarrollar complicaciones de salud”.
Y con base en esta planificación, han salido a la palestra distintos grupos que serán priorizados por país. El que se repite en todos los casos es el personal sanitario. Las naciones han manifestado el interés de proteger a los trabajadores de la salud con la llegada de los primeros lotes, para luego continuar con adultos mayores.
Por ejemplo, Brasil había señalado que priorizaría vacunar a la población indígena. En Chile, el gobierno manifestó el interés de inocular a Carabineros y Fuerzas Armadas. Se había solicitado también priorizar a profesores. Los enfermos crónicos siguen siendo prioridad en algunos casos, pero para los siguientes lotes.
Según el experto peruano, “se debe vacunar primero a la población que tiene mayor factor de riesgo de desarrollar la enfermedad y llegar a un estado de gravedad, por ejemplo pacientes oncológicos, con hipertensión arterial, o diabetes, en segundo lugar a las personas que tienen mayor exposición al virus, como personal de salud, y en tercer lugar a las personas que tienen mayor contacto con el público en general, por ejemplo los cajeros de banco, o personas que trabajan en mercados y supermercados, fuerzas armadas, fuerzas policiales, etc”.
Respecto a las decisiones que tome cada nación y los grupos que priorizará, Cano señala que “la comunicación del gobierno a este respecto tiene que ser muy clara y deberá explicar los motivos de establecer prioridades, de tal manera que las personas que no alcancen vacunas, entiendan que están siendo solidarios con los que más necesitan de ser inmunizados”.
Pioneros en América Latina
Puerto Rico fue pionero latinoamericano en iniciar la vacunación con dosis de la vacuna Pfizer y Moderna, que recibió la aprobación de emergencia de la FDA el pasado 18 de diciembre. Las dosis de Moderna se están utilizando para inocular a personal sanitario que está trabajando actualmente en hospitales.
El gobierno de México decidió darle prioridad a los trabajadores de la salud y el Ejército otorgándoles las primeras 3 mil dosis de la vacuna Pfizer que tocaron tierra. Sin embargo, ya aterrizó el segundo cargamento con 42.900 dosis que tienen por objetivo inmunizar a todo el personal sanitario restante entre los meses de febrero de 2021 y marzo de 2022.
El siguiente cargamento será de 50 mil dosis. México se convierte así en el primer país latinoamericano en recibir vacunas contra el COVID-19.
Chile se transformó en el tercer país en iniciar su proceso de vacunación gracias a la llegada de unas 10 mil dosis de la vacuna Pfizer. La vacuna es voluntaria y sin costo alguno. Para la primera fase, se priorizaron personal de salud de las regiones más afectadas del país: Magallanes, La Araucanía, Biobío y Metropolitana. Posterior a ello, se planea inocular al personal sanitario restante, personas mayores, enfermos crónicos y miembros de las Fuerzas Armadas.
El país ha reservado más de 30 millones de dosis en laboratorios Pfizer, Janssen, Sinovac Biotech y AstraZeneca. El gobierno de Chile ha decidido no escatimar en gastos, considerando que en las últimas dos semanas ha experimentado un aumento en el número de casos recordando las cifras registradas en julio, cuando estuvo al borde del colapso sanitario. Las dosis estarían destinadas para 15 millones de habitantes, que serían inoculados durante el primer semestre de 2021.
Costa Rica comenzó su etapa de vacunación tras la llegada del primer lote de vacunas Pfizer en vísperas de Navidad. Así, los primeros vacunados fueron trabajadores de la salud de primera línea y adultos mayores que viven en residencias. El país centroamericano tiene un acuerdo con la farmacéutica estadounidense de vacunar a 1.5 millones de habitantes, al igual que con AstraZeneca de 500 mil dosis.
El último en sumarse a esta campaña fue Argentina con la aplicación de la vacuna rusa Sputnik V tras la llegada de 300 mil dosis. Se convierte así en el primer país de la región y el tercero a nivel mundial en inocular a su población con dicha vacuna. También, se posicionan como el cuarto país de América Latina en aplicar las dosis del laboratorio Pfizer.
La campaña se inició simultáneamente en toda la nación y tiene como prioridad la vacunación voluntaria del personal de salud en primera etapa, luego los mayores de 70 años. La Sputnik V prevé una segunda dosis que debe aplicarse 21 días después de la primera. El cargamento restante, 19.7 millones, será enviado de forma gradual desde Rusia entre los meses de enero y febrero.
El gobierno argentino planea adquirir 50 millones de vacunas y ya está en conversaciones con otros laboratorios.
“Aún estamos en la incertidumbre de cuándo llegarán las vacunas, mientras tanto tenemos que seguir cuidándonos, ya que los últimos días hemos visto un peligroso incremento de casos, y la mejor manera de cuidarse es la prevención tanto en las medidas de bioseguridad, como uso de mascarillas, lavado de manos, aislamiento social además de reforzar nuestro sistema inmunológico”, concluye el Dr. Julio Cano.