Según Nelson Dellis, así estés tratando de recordar un número de teléfono, dónde estacionaste tu coche, o algún ejercicio especial (como memorizar 303 dígitos), la mejor manera de hacerlo es convertir esas ideas abstractas que al cerebro no le gusta recordar, en imágenes.
Por Gabriela González para Think Big. Todos hemos experimentado momentos en los que olvidamos dónde hemos puesto las llaves o cómo se llama esa persona que conocimos hace dos días. Normalmente no le prestamos atención a esto, y usualmente decimos que “tenemos mala memoria” y que es un problema “con el que hemos nacido”, o que “mi padre sufría de lo mismo”.
Puede que la genética sí tenga que ver con la memoria, pero eso no debería detenernos a la hora de encontrar formas de ejercitar nuestro cerebro para que guarde mejor la información.
Nelson Dellis, dos veces ganador del Campeonato de Memoria de Estados Unidos, siempre pensó que debería dejar su memoria a la genética, hasta que su abuela murió en el 2009 de Alzheimer. Él estaba determinado a pelear con esta historia genética en su familia, y comenzó a investigar cómo podía hacer que su funciones mentales se mantuviesen fuertes, y consiguió soluciones que para entrenar su mente y su memoria, como si fuese cualquier otro músculo el cuerpo.
Dellis realmente logró conseguir una manera de mejorar su memoria, porque tiene dos records a su favor: 303 dígitos memorizados en cinco minutos, y 63 segundos para memorizar el orden de un mazo de cartas. Así que, ¿cómo lo hace? Con unPalacio de la Memoria.
Haz una imagen mental
Según Nelson, así estés tratando de recordar un número de teléfono, dónde estacionaste tu coche, o algún ejercicio especial (como memorizar 303 dígitos), la mejor manera de hacerlo es convertir esas ideas abstractas que al cerebro no le gusta recordar, en imágenes.
Las imágenes a escoger deberán ser cosas llamativas para cada persona, y mientras más extrañas sean, más fáciles serán de recordar. Así que, si por ejemplo, tienes que recordar la lista de víveres que debes comprar esta tarde, la cual incluye leche descremada y pollo, puedes unir estos dos elementos en una imagen descabellada como un pollo caricaturizado y gigante que está corriendo mientras bebe de un cartón de leche descremada.
Pon las imágenes en un recorrido
Luego de haber creado una imagen mental tendremos que conseguir un lugar en el cerebro donde guardarlo. Esta parte también es muy importante porque quizás imaginemos a ese pollo gigante tomando leche, pero si no lo ubicamos en un lugar seguro de nuestro cerebro, se nos olvidará por completo.
Es necesario que crees un lugar para esta imagen nueva, pero dentro de un sitio que ya conozcas bien, aprovechando las cosas que tu cerebro ya recuerda con facilidad. Por ejemplo, puedes usar tu casa, un lugar al que estás acostumbrado, y luego escoge un recorrido específico para visitar cada cuarto de tu hogar. En cada una de estas habitaciones escoge un sitio con el que interactuar (como un sofá, un armario, o una puerta) que es donde pondrás esas imágenes descabelladas que has creado.
Así que cuando vayas a recordar algo, tendrás que ir por ese recorrido, “mirar” cada una de esas imágenes en las zonas interactivas y así recordarás lo que necesitabas, además de hacerlo de forma ordenada.
Siguiendo con el ejemplo de la compra de víveres, digamos que el lugar que has escogido es tu casa. Entras a tu casa y lo primero que te consigues es la cocina. Miras hacia la isla que está en el medio de la habitación y está el pollo gigante corriendo a su alrededor mientras toma leche. Inmediatamente recuerdas que debes comprar leche y pollo. Sigues a la próxima habitación, la sala. En ella hay un armario, cuando lo abres te consigues con una manzana y una banana con brazos y piernas, abranzándose mientras tienen un romance dentro del closet. Esto te recuerda que debes comprar manzanas y bananas. Y así sucesivamente, hasta que recuerdes todos los productos en tu lista de compras.
Imágenes | Pixabay
