Por Gabriel Rovayo, CEO de South America Pacific, EFQM (European Foundation For Quality Management).
Como estudioso de los manejos económicos y financieros de las naciones, Canadá me parece un caso interesante. Este país, el más boreal de América, es una de las 10 economías más importantes del mundo por volumen de Producto Interno Bruto (PIB), pero a pesar de su bonanza y su equilibrio económico, esta nación maneja el perfil bajo.
Este equilibrio económico que menciono es evidente al revisar los datos más recientes sobre ese aspecto de Canadá:
- Su deuda pública en 2016 fue de USD 1.506. 483, 86, con una deuda del 92,4% del PIB.
- Su deuda per cápita es de USD 45.001,51 por habitante, luego sus habitantes están entre los más endeudados del mundo.
- Dado su vasto territorio, el mismo que es en un gran porcentaje productivo, Canadá produce el 1.5% de la comida del mundo, pero sólo consume el 0.6%.
- El PIB per cápita es un muy buen indicador del nivel de vida de una nación. Y en el caso de Canadá, en 2016, fue de USD 45.36714, por lo que se encuentra en una buena posición. Este país ocupa el puesto 19 del ranking, lo que demuestra que su población tiene un buen nivel de vida en relación a los 196 países del ranking de PIB per cápita.
- Otro dato muy relevante es que Canadá se encuentra en el décimo octavo puesto de los 190 que conforman el ranking Doing Business, el mismo que clasifica los países según la facilidad que ofrecen para hacer negocios.
Y antes de analizar otros aspectos de la economía canadiense, quiero referirme a dos datos fundamentales para comprender la dinámica del manejo financiero de Canadá:
- La Tasa de Desempleo en Canadá es del 7.1 %.
- Y la inflación (a noviembre de 2016) es de 1.4%,
Pese a la crisis petrolera que se hizo presente en esta década y que produjo una crisis en esta área, sobre todo en la provincia de Alberta, Canadá no sufrió un mayor revés en su economía, pues no depende del petróleo.
El sector de energético canadiense representa tan solo el 3% de la economía del país. Refiriéndome a la provincia de Alberta, la más afectada con la crisis de los precios del petróleo, la tasa de desempleo en esta provincia es de 7%, después de muchos años con tasas de 3% y 4%.
En Canadá prima la practicidad, el hacer las cosas de la manera más eficiente posible. Dado que su territorio es considerablemente grande, una de las prioridades en la economía de este país es su impresionante sistema de transporte marítimo, aéreo y terrestre, incluyendo extensas redes ferroviarias y de carreteras.
El sistema nacional de aeropuertos se compone de bases internacionales, regionales, locales, pequeñas, remotas y árticas. Su infraestructura marítima consiste en más de veinte puertos principales, incluyendo el vital Canal de San Lorenzo que conecta el Océano Atlántico con numerosos mercados tierra adentro, llegando hasta la zona de los Grandes Lagos de Norte América. Es decir, el tendido de transporte fue diseñado de manera que el comercio no tenga tropiezos y no haya pretextos para no producir y vender.
Y otro aspecto interesante es la red canadiense de distribución de mercancías. Este es un sistema altamente centralizado, debido a la baja densidad demográfica, las grandes distancias y las condiciones climáticas extremas. Pero, por otro lado, la importancia de mercados regionales, la segmentación en nichos muy concretos y la producción bajo pedido diversifica la distribución en muchas de las industrias, con lo que se plantea necesario contar con un distribuidor que trabaje el área oriental y otro que trabaje la parte occidental. Esto es algo muy inteligente, pues las distancias pueden jugarle sucio hasta a la nación más productiva.
Canadá produce y exporta, pero, sobre todo, importa. Y sabe bien con quien negocia. Los principales socios comerciales de este país son México y Estados Unidos. De hecho, cada minuto México, Canadá y Estados Unidos intercambian, en promedio, más de USD2 millones en mercancías diversas.
Estos tres países firmaron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) desde hace un poco más de 20 años.
Es un país, como dije antes, que maneja un perfil bajo, protege la naturaleza, tiene fama de relajado y es altamente productivo. De él (a pesar de los devaneos políticos con el tema de las intenciones separatistas de Quebec) se admira su inteligencia a la hora de firmar tratados comerciales y su disposición por continuar hacia un sitial de progreso.