Un reciente estudio publicado en la revista académica Archives of Sexual Behavior revela la importancia de las caricias que, incluso, pueden parecer más importantes que el mismo acto.
Los primeros 15 minutos después de haber tenido una relación sexual son cruciales para considerar que el encuentro fue satisfactorio. Así lo señala un reciente estudio publicado en la revista académica Archives of Sexual Behavior.
El secreto: las caricias. Científicos de dos universidades en Toronto, Canadá, realizaron una investigación en la que aplicaron una encuesta a 335 personas y un estudio a 101 parejas durante 21 días. En este tiempo se analizaron las actitudes de los participantes relacionadas con los instantes posencuentro sexual y la complacencia que quedaba del momento.
Para los autores de la investigación, la “duración de las caricias después del sexo se vinculó con una mayor satisfacción y, a su vez, mejor entendimiento entre la pareja. Los resultados sugieren que el período después de la intimidad es un momento crítico para fortalecer lazos íntimos”, dice Amy Muise, investigadora de la Universidad de Toronto Mississauga, en la presentación de la investigación.
Tanto hombres como mujeres suelen pensar que lo más importante es el preámbulo, el coito y hacer que la pareja tenga un orgasmo. Pero este estudio sugiere que otros aspectos afectivos son también fundamentales y aún más si se aplican los minutos posteriores al encuentro. Es para ambos algo indispensable, pues aunque se tiene el estereotipo de que sólo las mujeres pueden llegar a tener estas necesidades, los investigadores enfatizan que los hombres también lo requieren.
Con el análisis de las respuestas dadas por los participantes, el estudio concluye que cuando las personas pasaban más tiempo juntos tras sus encuentros íntimos, se sienten más satisfechos, independiente de la frecuencia de las relaciones sexuales.
Adicionalmente, los expertos establecen que estas actitudes de caricias con frecuencia mantienen niveles de felicidad por largos períodos en la pareja.
Según la investigación, estas son conclusiones que tienen gran relevancia, especialmente para las relaciones duraderas y, aún más, para aquellos matrimonios con hijos en los que los padres suelen tener menos tiempo para el sexo y el romance. En estas circunstancias, el tiempo dedicado a las caricias en los 15 minutos después del acto tienen un mayor impacto en el bienestar de las relaciones.