Por Gerardo Pini, gerente de Negocios de VidaCel.
Durante los últimos años, la industria de células madre se ha dinamizado sin precedentes y, sin duda, ésta será la tendencia a futuro. De hecho, y según un estudio de Rnrmarketresearch.com (reconocida empresa de investigaciones de mercado de EE.UU.), se espera que el mercado mundial de bancos de células madre llegue a US$3,96 billones en 2021.
Para fines de este año, los bancos de células madre registrarían una expansión de US$1,58 billones, a una tasa de crecimiento anual del 20% entre 2016 y 2021. Los principales motivos de esta alza se deberían a la expansión de los servicios de almacenamiento (sangre de cordón umbilical y otras fuentes) y a la proliferación de investigación en el campo de las células madre como agentes terapéuticos.
La mayor necesidad de almacenamiento se ha reflejado en una proliferación de bancos biológicos de células madre, superando las 500 empresas en todo el mundo, lo que, por su puesto ha dinamizado el mercado.
Dentro del contexto global, Norteamérica es el mayor contribuyente al mercado mundial de bancos de células madre. Y es justamente EE.UU., mercado líder en el mundo, el que está siendo testigo de un cambio en la preferencia desde los bancos públicos a los privados. Los padres están buscando cada vez más almacenar la sangre del cordón umbilical de sus hijos y las células de tejido en bancos privados, debido a que las muestras de los bancos públicos se dan a otras personas para trasplantes o para organizaciones de investigación.
Por otra parte, la zona de Asia-Pacífico es el segmento de mercado que registra mayor expansión, lo que es impulsado por el creciente número de recién nacidos y los bajos precios de los servicios de almacenamiento.
En el plano local, Chile no está ajeno a la realidad mundial, ya que según estimaciones de VidaCel, US$47 millones facturó la industria en 2015 y en los próximos cinco años esta cifra debiera triplicarse. Por su parte, la facturación de los bancos de células madre bordeó los US$15 millones el año pasado, motivando su proliferación en Chile.
Tanto es así, que en nuestro país la cantidad de bancos se multiplicó en una década, pasando de dos a ocho en la actualidad. Hoy no sólo ofrecen criopreservar células madre de la sangre del cordón umbilical, utilizadas en enfermedades a la sangre, sino también del tejido y además de la pulpa dental, tejido adiposo, médula ósea, etc.
En vista de lo anterior, las compañías de seguros e Isapres están desarrollando pólizas en alianza con bancos de células madre que incluyen -por ejemplo- la búsqueda de una muestra compatible para tratar leucemias o linfomas. Estos seguros no tradicionales pueden significar un ahorro de más de $25 millones (cerca de US$38 mil), valor que el usuario tiene que conseguir y traer una muestra desde un banco público extranjero, sin considerar el IVA y aranceles aduaneros por ingresarla al país. Un costo altísimo si consideramos que criopreservar y procesar una muestra de células madre en Chile va desde los $900 mil a $1,5 millones aproximadamente (entre US$1.376 y US$2.294), más un pago de mantención anual de 4 UF.
Las cifras antes mencionadas reflejan que tanto la comunidad médica, como investigadores e inversionistas de todo el mundo están apostando a que en esta biotecnología se encuentra el futuro de los tratamientos médicos, explicando su fuerte crecimiento e interés en su desarrollo.
¿Y para qué sirven las famosas células madre? Lo cierto es que en la actualidad las células madre que se obtienen al momento del parto, desde la sangre del cordón umbilical, están certificadas por la FDA para el tratamiento de más de 90 enfermedades relacionadas a la sangre como leucemia, anemia y desórdenes inmunológicos. Por su parte, las que se obtienen del tejido del cordón, grasa, pulpa dental, entre otras fuentes, llamadas mesenquimales, se están utilizando –por ahora- en el área estética y reconstructiva, teniendo muy buenos resultados en diversos tratamientos osteoarticulares, ya que tiene la propiedad de regenerar tejidos como tendones, cartílagos, músculos y neuronas.
Por ello, y gracias al avance científico, la terapia celular se ha convertido en una alternativa con gran potencial de uso clínico. Sin embargo, todavía existe un largo camino en investigación y marco regulatorio para establecer protocolos y utilizarlas en otras áreas de la salud, lo que ciertamente avanza rápidamente y con excelentes resultados.
Hoy tenemos la posibilidad de decidir si queremos vivir más y mejor. Conservar nuestras células madre es, sin duda, optar por un seguro de salud, vida y bienestar a futuro, tanto para nosotros como para nuestros hijos, en caso de padecer una serie de enfermedades que, hasta ahora, eran incurables y que hoy es posible tratar con este tipo de células.