Este viernes se recuerda la fecha en que el referente del rock latinoamericano sufrió el infarto cerebral que lo dejó en estado de coma por más de cuatro años, partiendo finalmente en septiembre del año pasado.
En un día como hoy pero hace cinco años comenzó el principio del fin. De su fin, el de Gustavo Cerati y de toda su capacidad creadora. Fue el 15 de mayo de 2010 cuando este referente del rock latinoamericano sufrió un accidente cerebrovascular que lo dejó en estado de coma por más de cuatro años.
Desde ese día comenzó el llanto aunque el luto vino después, el 4 de septiembre de 2014 cuando muere a causa de un paro respiratorio. Si bien ha pasado el tiempo, la partida del vocalista, guitarrista y compositor principal de la banda de rock Soda Stereo es una herida que demorará tiempo en sanar, tanto para sus más férreos seguidores como para el mundo de la música.
"Gustavo era un poeta increíble, se le va a extrañar muchísimo, con él se cierra una etapa para el rock que es increíble. No va a haber nadie más que componga como Gustavo. Era un poeta, guitarrista y productor genial, y a todo eso le agregaba un carisma increíble, entonces era un cóctel irresistible", declara el periodista y amigo del músico, Gustavo Bove, quien publicó el libro “Gustavo Cerati, conversaciones íntimas”.
El escritor argentino tenía 17 años cuando conoció a Cerati, quien intentó rescatarlo de caer preso. Sin embargo, la vida y las diversas entrevistas y conciertos los terminaron haciendo amigos. "El libro es 100% Gustavo Cerati, es él en carne viva y no hay intención que haya otro personaje que le robe el protagonismo, pero acá está mi vida, mi historia. A mi me costó tanto cuando él estaba internado hacer este trabajo porque yo sabía que me iba a encontrar con todo esto. No tenía el recuero puntual de las cosas que habíamos charlado, porque notas hay doce grabadas pero charlas son infinitas, además, charlábamos mucho; compartíamos muchas cosas, gusto musicales, por las mujeres; una de ellas era que éramos re británicos con el horario y en ese tiempo de espera conversábamos, de hecho, en un show él me dice que la entrevista del capítulo uno del libro era la mejor que le habían hecho y que era la única que él guardaba", revela Bove.
Pero ¿qué había detrás del personaje que era capaz de subirse al escenario y seducir a miles de personas? Nada muy distinto al real. Por eso, Bove afirma que al apagarse la grabadora Cerati "era igual, era una persona que no tenía filtro, me daba la impresión que no daba muchas entrevistas porque tenía tan poca noción de lo que era políticamente correcto que quedaba muy en carne viva, sin embargo, el tenía muy en claro cuando estaba con un periodista o con un amigo. Es más, las notas conmigo terminaban siendo tan interesantes que él se olvidaba que estaba el grabador y terminaba hablando con el amigo que estaba ahí. Todo eso se filtraba y las entrevistas se hacían muy permeables y esa permeabilidad hacía que surgieran cosas mucho más interesantes que hablar puntualmente de qué sonido iba a tener algún tema".
Uno entre 1000
A raíz de esta conexión, es que el periodista estuvo con Cerati en diferentes periodos de su vida, pudiendo ver su evolución tanto personal como musical. Al recordar y analizar cuál sería uno de los mejores momentos de la estrella del rock argentino, Bove tiene la repuesta prácticamente a flor de labio. “Del 2000 al 2006, hasta lo que fue la salida de 'Ahí vamos', fue el mejor momento de Gustavo, pero por lejos. Le pasaron cosas en esos años: se separó de Cecilia, empezó a salir con Déborah (de Corral), pero él como humano, como artista, fue un momento de mucha plenitud y eso también quedó reflejado en las notas”, recuerda.
Sin embargo, a juicio de Bove, momentos de esplendor hubo varios. "Cuando hizo 'Bocanada' estaba como muy pleno, que fue la época de la primera entrevista. Otra época de mucha plenitud fue el regreso de Soda Stereo en 2007, estaba muy feliz de tocar con sus amigos y que las heridas habían cerrado, él se había reencontrado con gente que no quería ver más y vio que cuando se reencontró seguía existiendo el afecto, el acercamiento había sido honesto. Él en varios momentos me dijo que en muchos shows el estaba frente a 60 mil personas y sentía que estaba en un pub tocando con los amigos de toda una vida".
Otro momento de plenitud creativa que evoca Bove es en los '90 cuando hizo "Colores Santos" con Daniel Melero y "Dínamo" con Soda Stereo, una "época en la que escribió canciones increíbles". "A nivel compositivo, creo que esa etapa que va del 91 al 94. "Amor Amarillo" tiene momentos increíbles", agrega.
Y es justamente con el disco "Ahí Vamos", que Cerati tiene su despegue definitivo solista, afirma Bove. "Él estaba conforme con toda su carrera. En su momento fui muy crítico con 'Siempre es hoy', trataba de tomar distancia del afecto que le tenía, soy un periodista. Le critiqué ese disco y él me terminó confesando que no había necesidad de hacer un disco de 80 minutos con 17 temas, pero, sin embargo, en otros momentos, me dice que él no se arrepiente de nada, que 'Siempre es hoy' es un disco que le encanta y que no cree que se haya ido del camino. A parte era una persona que era tan obsesivo con su trabajo, que si sacaba algo a la luz es porque estaba totalmente convencido, eso le daba también otra importancia al trabajo de Cerati", expresa.
De hecho, Bove tiene un especial recuerdo con el disco "Siempre es hoy", título que nace durante una entrevista que tuvo con Cerati. "Él me lo decía todo el tiempo. Hablábamos de Soda Stereo y el futuro y me decía "hoy es siempre", me lo repetía y en un momento le digo, 'Gustavo, es un título buenísimo para lo que estás haciendo ahora' y me dice, 'sí, no sé, estoy pensando en otros títulos que son ridículos, cuando lo tenga terminado voy a saber' y le terminó poniendo 'Siempre es hoy', que es lo mismo. Salió de él y yo lo único que hice fue darle el consentimiento para que el disco se llamara así", evoca entre risas el periodista argentino.
Tu cicatriz en mí
En las diversas entrevistas del libro de Bove, se puede apreciar los diferentes momentos por los que va pasando Gustavo Cerati y cómo se aprecia a él mismo en la escena musical de Argentina y la región. "En la primera parte del libro él me dice que no se siente un clásico, porque sentirse un clásico era como sentirse una estrella y en el último capítulo dice soy un clásico, no lo puedo negar', pero por otro lado me decía, en las charlas personales, que cualquier mierda con el tiempo se convierte en un clásico, o sea, el grupo más malo si le das tiempo y persevera se va a terminar convirtiendo en un clásico, es una cuestión de inercia y no de aptitud artística. Él era muy autocrítico. En el capítulo dos, cuando le digo que si hay un artista dentro de la música popular argentina que hizo mucho fue Gustavo Cerati, él me dice que 'no me parece que hice mucho'. En esas tres entrevistas están muy bien condensada lo que fue la vida para atrás y lo que fue para adelante, porque él proyectaba muchas cosas”, analiza el escritor.
Ciertamente, Cerati era una estrella y, si bien, él lo tenía claro, luchaba por no despegar los pies del suelo. "Gustavo también separaba mucho, en un momento del libro me dice, a mi la vida no se me va haciendo canciones, se me va por otros lados, si bien, son fuertes las canciones, los show, los discos, también son sensaciones efímeras. Si vos me preguntás por shows tengo un montón de recuerdos, hay shows que cuando los terminé me dije ya, no puedo hacer más nada mejor que esto, sin embargo, al otro día me levanté de la cama se me quemó el café y fue un día horrible. Entonces él también tenía esa visión de que son momentos fuertes, que marcan, pero que son efímeros pero que en realidad la vida no es solo eso. También hablábamos mucho que a veces puede ser más importante el momento de intimidad con una persona que capaz que una canción. Una canción solo puede hacer algo más intenso, te lo puede musicalizar y hacerlo perfecto, pero en realidad la relación con la persona va más allá. La música es como un complemento, pero la vida es otra cosa".
Gracias, totales
Luego que inició su carrera como solista, Soda Stereo fue un fantasma para Cerati, en varios sentidos. "Le costaba abordar el tema no por él, sino por la gente. Él tenía miedo que la gente pudiera llegar a creer que él hablaba de Soda Stereo para aprovecharse de lo que había logrado para hacer su carrera solista", dice Bove.
Sin embargo, en un momento del libro Gustavo Cerati declaró que lo que hacía como solista era diez veces superior a lo que había hecho con la mítica banda de rock. Esto que se podría leer como un acto de soberbia, Bove le da otro cariz. "El sentía eso pero no porque desprestigiara. A él le encantaba Soda Stereo y significó un momento muy importante de su vida, fundamental como artista, pero él decía que él sentía que lo que hacía el como solista era mejor que lo que hacía con Soda por una situación solamente de crecimiento. Yo me sentiría mal si siguiera haciendo lo mismo que hacía en los '80".
De hecho, fue este periodista quien le realizó la última nota como miembro de Soda Stereo a Certi, "fue en los camarines, después del 20 de diciembre, del show de despedida, todos nos quedamos hablando, en esa entrevista me confirmó que tenía la idea que un futuro con Soda Stereo no era tan utópico, no cerraba ninguna puerta, que él ya no cerraba ninguna puerta, que un reencuentro podría existir".
Y existió, fue en el 2007 cuando realizaron la gira "Me Verás Volver", la cual recorrió toda América. "Te voy a confesar algo, que no es que haya hablado con él, pero si 'Ahí vamos' no hubiese tenido el éxito que tuvo, Soda Stereo no se habría vuelto a reunir. Esto te lo puedo firmar. Él no hubiera reunido a Soda Stereo si hubiese fracasado en su carrera solista. Él los reunió porque ya sabía que había adquirido el status y nadie podía reprocharle que se había juntado para ganar plata, porque ya la había ganado y tenía un disco exitoso", señala.
Bove no se da pausas cuando habla de Cerati, las palabras se le agolpan y las manos se mueven con gran desplante. Bove a ratos también se emociona. “Gustavo Cerati, conversaciones íntimas” también es parte de su vida, por eso y por la cercanía con la familia del músico tuvo especial cuidado al concretar este proyecto que nació como idea del propio guitarrista, mucho antes que cayera enfermo.
Por eso, Bove critica ese amarillismo que hubo entorno a la partida de su amigo, ya que "ahora todos están pidiendo por qué no escriben un libro con los últimos días de Gustavo o por qué no hacen un libro con los vicios de Gustavo y Gustavo no era así, si tenía un vicio era un vicio por la vida. Gustavo era una persona alegre, simpática, que le encantaba divertirse, estaba planeando ir a Marruecos con su nueva novia a casarse, tenía muchos proyectos para adelante, no era un tipo que estaba encerrado en su departamento tomando merca con las persianas abajo, él no dormía porque estaba todo el tiempo aprovechando y disfrutando, tenía una avidez por la vida increíble. No crean lo que le van a contar de Gustavo, de los vicios porque no, Gustavo era una persona feliz. El tema que más le gustaba como solista era 'Vivo', o sea, con eso te digo todo. Si tenés que quedarte con una una imagen de Gustavo, quédate con la que sale en este libro: un tipo feliz, con proyectos, porque era eso Gustavo, no otra cosa".