El director clínico de la Mayo Clinic Transgender and Intersex Specialty Care Clinic, explica cómo estos temas fueron incorporados en los pacientes de la institución y los beneficios que ha generado.
Preguntar a los pacientes sobre su identidad de género y orientación sexual podría ser menos complicado de lo que se pensaba. De acuerdo a un estudio de la Clínica Mayo, hasta un 97% de los pacientes no se sientes incómodos con esas preguntas.
Gracias a estos resultados, la propia clínica incluyó estas preguntas.
El Dr. John Knudsen, M.D., de la Oficina de Diversidad e Inclusión de Clínica Mayo y radiólogo de Clínica Mayo, explica que las preguntas específicas sobre orientación sexual y género se presentan a los pacientes una vez como parte de su cuestionario de Información de Visita Actual rutinario y antecedentes familiares previos (CVI / PFH) que se completa antes de su visita clínica: “ La mayoría responde este cuestionario a través de un portal confidencial en línea. Después de responder a estas preguntas, las preguntas SOGI no se presentarán nuevamente”, asegura.
Cesar Gonzalez, Ph.D. del Departamento de Psiquiatría y Psicología de Clínica Mayo y co-autor del estudio, asegura que conocer la autoidentificación de un paciente ayuda a los médicos a identificar el riesgo de los pacientes y los factores de protección para la salud: “Además, brinda a los médicos un contexto para adaptar sus planes preventivos y de tratamiento”.
-¿En qué ayuda conocer la identidad de género u orientación sexual de un paciente?
-Conocer la autoidentificación de un paciente también ayuda al médico a adaptar su lenguaje para involucrar al paciente y comunicarle que está al tanto de su contexto. Los médicos deben consultar sobre la identidad de género y la orientación sexual de su paciente para asegurarse de que brindan una atención que sea afirmativa y culturalmente competente y ayude a informar la estratificación de riesgo y la detección, prevención y tratamiento de afecciones médicas que son más probables en la población. El género y las personas sexualmente diversas continúan experimentando discriminación en el cuidado de la salud caracterizada por la invisibilidad, uso de nombres incorrectos o denegación de atención. Hacer preguntas sobre la identidad de género y la orientación sexual puede ayudar a minimizar estas barreras al comunicarle al paciente que, dentro de esta interacción clínica, serán vistos, escuchados y respetados. Estas preguntas también pueden ser útiles para las personas no identificadas como LGBT que inicialmente no se sienten cómodas para hablar de temas de salud sexual, de género o reproductiva. A nivel de la población, la recopilación de información sobre la identidad de género y la orientación sexual ayuda a reducir las inequidades; por ejemplo, a partir de los datos que se recopilan, la investigación de los servicios de salud puede identificar instancias en las que pueden existir disparidades y, posteriormente, puede requerir medidas para abordar la raíz que causa las inequidades.
-¿Cómo debería incorporarse este tipo de preguntas en la práctica clínica?
-El enfoque más simple para indagar sobre la identidad de los pacientes es incluir preguntas en los formularios y procesos de admisión estándar de la clínica. Además, los médicos pueden incorporar preguntas en su consulta inicial con los pacientes como parte de un historial de salud sexual. Durante el proceso de hacer las preguntas, es útil que el clínico informe al paciente que estas son preguntas estándar que se le hacen a todos los pacientes que reciben atención y que serán confidenciales.
-¿Cree es un tipo de información que debería incluirse en los historiales clínicos?
-Sí, es importante brindar oportunidades para la inclusión de personas con diversidad sexual y de género. En primer lugar, es importante que el sistema médico tenga una idea de cuántos de sus pacientes están identificados como LGBT. Los actores del sector salud interesados pueden consultar esta información para comprender las disparidades de salud que afectan a estos grupos dentro de su sistema y, a su vez, pueden desarrollar prácticas que ayuden a reducir estas barreras. Además, cuando se incluye información sobre el sexo y la identidad sexual del paciente en el registro, los proveedores de atención pueden comunicar más fácilmente el respeto y la comprensión mediante el uso de nombres y términos que coinciden con los deseos comunicados previamente por el paciente. La inclusión de estas variables en la historia clínica y en la entrevista clínica garantiza que el paciente sea respetado y afirmado en sus encuentros a lo largo de la clínica y que se brinden las opciones de detección y tratamiento pertinentes para el paciente. Cuando un médico lee que un paciente es diverso en cuanto a su género y orientación sexual, puede involucrarlo en discusiones sobre la atención preventiva que se adapta y puede ayudar a tomar decisiones sobre la detección; por ejemplo, las tasas de cáncer de cuello uterino son mayores entre las mujeres lesbianas y bisexuales cisgénero en comparación con las mujeres heterosexuales cisgénero: esto puede llevar al médico a proporcionar al paciente la información que guiará su decisión de someterse a un examen de detección de cáncer de cuello uterino. Otro ejemplo puede incluir una situación en la que un paciente acude a la clínica y el médico puede no considerar condiciones médicas relacionadas con la anatomía del paciente debido a suposiciones basadas en la apariencia; por ejemplo, en mujeres transgénero sometidas a cirugía de afirmación de género, la próstata se mantiene intacta. Sin esta información, el médico puede no tener suficiente información para considerar un diagnóstico diferencial o considerar la detección de cáncer de próstata.
-¿Qué beneficios recibe el paciente al conocerse esa información?
-Un cuidado más integral. El papel del médico es proporcionar una atención adecuada que esté basada en evidencia científica, experiencia clínica, enfoque centrado en el paciente, disponibilidad de recursos y equidad. Conocer el sexo y la orientación sexual de un paciente ayuda al médico a identificar las necesidades clínicas del individuo y las opciones disponibles para el plan de tratamiento. Además, es más probable que el paciente reciba una confirmación de su identidad y se sienta más comprendido por su médico, lo que puede fortalecer el nivel de compromiso médico-paciente en el plan de tratamiento. Además, el paciente puede recibir un examen relevante basado en su anatomía, así como derivaciones relevantes a recursos adicionales que se adaptan y son relevantes para la identidad del paciente.
-¿Es necesario que el personal médico tenga alguna preparación para comenzar a incluir estos datos?
-Sí. Si bien puede parecer que hacer preguntas relacionadas con la identidad de género y la orientación sexual es simple, hay muchos factores a tener en cuenta. Esto incluye capacitar al personal para que pueda responder a preguntas sobre género y orientación sexual y por qué se les pregunta. Tenga en cuenta que las minorías sexuales y de género tienen un historial de estigmatización y discriminación, por lo que la manera en que se debaten estas cuestiones es importante, esto incluye poder mantener la privacidad y la confidencialidad. Además, es importante capacitar a los médicos para integrar la información de manera significativa con el fin de influir en la toma de decisiones clínicas.
Por ejemplo, si un paciente identifica que se le asignó como un varón al nacer y tiene una identidad de género femenina, el médico debería comprender cómo hablar sobre esto o si el paciente nunca tuvo una conversación al respecto con un especialista en género, y necesitarían tener en cuenta los pronombres de género y si el paciente ha recibido intervenciones hormonales o quirúrgicas, que según el contexto del paciente, pueden tener un riesgo o un factor de protección para la salud del paciente.