Los niños nacidos bajo esta fórmula tienen más riesgo de padecer asma, diabetes, alergias y otras enfermedades autoinmunes.
En muchos países industrializados, la tasa de cesáreas ha aumentado drásticamente en los últimos 20 años. La OMS aconseja reducir estas intervenciones. Acá repasamos sus riesgos y beneficios.
¿En qué países se produce un número excesivo de cesáreas?
En la mayoría de los países de Europa, Asia y América, uno de cada cuatro bebés nace por cesárea. En Alemania, uno de cada tres, y en Brasil, uno de cada dos. Por otro lado, hay algunos lugares en los que la tasa de cesáreas es extremadamente baja, como en el África Subsahariana y concretamente en Níger, Chad, Etiopía, Burkina Faso y Madagascar. En estos países, menos del dos por ciento de los bebés vienen al mundo por cesárea.
¿Qué tasa de cesáreas es la adecuada?
La Organización Mundial de la Salud señala que entre el 10 y el 15 por ciento de los nacimientos es un porcentaje recomendable de cesáreas. Es una cifra que se corresponde con el número de nacimientos en los que se producen complicaciones que una cesárea puede eliminar. Es decir, que se trata de una intervención que salva vidas. Un estudio de la OMS ha comparado la forma de venir al mundo en 137 países. En 14 de ellos se produce el número recomendado de cesáreas, por ejemplo en Ucrania, Namibia, Guatemala y Arabia Saudí. En todos los demás, o se practican con demasiada frecuencia o apenas tienen lugar. Lo dramático es que es precisamente en los países con tasas más altas de natalidad donde se produce el menor número de cesáreas. Es una cuestión de dinero. Los países con menor tasa de cesáreas son también los más pobres del mundo.
Tras una cesárea ¿siempre otra cesárea?
Incluso aunque el embarazo se haya desarrollado con normalidad, tras una cesárea pueden aparecer problemas. La cicatriz puede abrirse por el esfuerzo durante el proceso de un segundo parto natural. Es algo que sucede muy rara vez. Cuando ya han pasado más de dos años de la cesárea, el riesgo se reduce a menos de un uno por ciento. Así pues, es posible un parto natural tras una cesárea, siempre y cuando la mamá y el bebé se encuentren bien. Incluso en el caso de gemelos o de bebés que no se han dado la vuelta y vienen de nalgas, es posible un parto natural. En esos casos, es importante sobre todo el equipo médico y la atención de una partera experimentada.
¿Qué riesgos hay para la madre tras la cesárea?
Normalmente, la cesárea programada del primer hijo no suele plantear problema alguno en los países que cuentan con buenos sistemas de sanidad. Las dificultades suelen aparecer tras la intervención. Con cada cesárea aumenta el riesgo de un peligroso desplazamiento de placenta. Además, pueden producirse de forma más frecuente hemorragias, trombosis y adherencias. Con cada nueva cesárea, aumenta el riesgo para la madre y eso es algo problemático en regiones donde las mujeres tradicionalmente traen al mundo cuatro hijos. A algunas mujeres les resulta difícil volver a quedarse embarazadas después de sufrir una cesárea. Ello se debe a que pueden quedar adherencias de la cicatriz en el útero. La fecundidad se reduce cerca de un 17 por ciento tras una cesárea.
¿Qué riesgos hay para el bebé que viene al mundo por cesárea?
Un reciente estudio demuestra que son muy pocas las mujeres que deciden traer al mundo a su bebé por cesárea por razones de calendario, es decir, porque les viene mejor una fecha que otra. La mayoría opta por una cesárea programada porque desea ahorrar a su hijo el estrés del parto natural. Pero tanto las contracciones como el proceso de parto son beneficiosos para el nuevo ciudadano del mundo. Nacer de forma natural ayuda al metabolismo del bebé a adaptarse al nuevo medio. Los pulmones del feto están llenos de agua en el útero. Durante el parto, todo ese líquido se expulsa y los pulmones se preparan para respirar aire. La cesárea dificulta todos estos procesos, sorprende al bebé que está por nacer y, en cierta medida, lo asusta. Por eso hay bebés a los que hay que practicar la respiración artificial tras la cesárea y que incluso deben ser trasladados a la planta de cuidados intensivos. Los niños que nacen por cesárea tienen más riesgo de padecer asma, diabetes, alergias y otras enfermedades autoinmunes.
¿Una cesárea produce beneficios económicos a la clínica?
En la mayoría de países, las cesáreas cuestan más que los partos naturales. En Alemania, un médico llega a cobrar unos mil euros más por una cesárea que por parto natural. La intervención también cuesta más al hospital, por eso no merece la pena. Pero las cesáreas se pueden programar mejor y, por ese motivo, es eficiente practicarlas. Eso es un factor importante para las cuentas de un centro sanitario, que, al fin y al cabo, quiere ganancias. Desde la década de los 90, cada vez más centros de maternidad han cerrado sus puertas en Alemania debido a que la atención al parto se paga mal y no da beneficios a las clínicas. Es una tendencia que continúa, a pesar de que la tasa de natalidad está en aumento.
¿Es un problema la inducción al parto?
Hoy se deja menos tiempo a las mujeres para parir. Sin razones de peso, después de ingresarlas en las clínicas, muchas veces se las enchufa al gotero que induce las contracciones. Si el cuello del útero no dilata por lo menos un centímetro por hora, los médicos intervienen para acelerar el parto. A todo esto hay que añadir que las cifras de parteras se han reducido drásticamente en Alemania. Mientras que los hospitales están obligados a guardar una proporción determinada entre personal de enfermería y número de pacientes, cada centro sanitario decide cuántas parteras contrata como parte de su personal. Cada vez hay menos atención uno a uno, que es lo que la mujer que está de parto necesita para sentirse segura y protegida. La OMS es consciente de esta tendencia y aconseja en sus nuevas directrices sobre el parto que se practiquen menos cesáreas y que mejore la atención a parturientas y bebés.