Humorística y transgresora, la revista subraya la importancia de la libertad en las manifestaciones artísticas.
Constantemente provocador, el semanario francés reivindicaba en cada número el concepto de tolerancia. Fundado en 1992, toma su nombre de una revista anterior que existió con diversas nominaciones entre 1969 y 1981.
Si bien no era conocido más allá del ámbito intelectual de izquierda francés y europeo, alcanza su mayor notoriedad el año 2006 cuando debido a unas caricaturas sobre Mahoma sectores extremistas del Islam comienzan a criticarlos y amenazarlos.
Francia no es un lugar cualquiera para la región oriental. Mucha de su historia colonialista se lleva adelante en la zona árabe de África, por lo que sus nexos con esta milenaria religión datna desde hace muchas décadas.
Sin embargo, en los últimos años la tolerante vida francesa comienza a tomar recaudos y distancias con las prácticas más conservadoras del Islam. Conocido es que desde el año 2011 se prohíbe el uso del velo islámico en las mujeres en todo espacio público galo: escuelas, bibliotecas, instancias de gobierno, etc.
Bajo ese contexto, Charlie Hebdo empieza a cobrar notoriedad, pues con su mirada sarcástica permanentemente complejiza los límites del humor. Especialmente cuando publica las controvertidas caricaturas del profeta Alá difundidas inicialmente por la revista danesa Jyllands-Posten.
A partir de ese momento, la redacción de Charlie Hebdo se mantuvo asediada. "Había amenazas permanentes", reconoce el abogado del semanario, Richard Malka.
La revista también publicó el manifiesto de doce intelectuales como Salman Rushdie o Bernard-Henri Lévy en favor de la libertad de expresión y en contra de la autocensura e incluso fue demandado por autoridades islámicas francesas, acusándole de un delito de "injurias públicas contra un grupo de personas en razón de su religión".
El 2 de noviembre de 2011 la oficina de la publicación fue atacada con bombas Molotov, lo que originó profundos daños materiales. Sin embargo, no abandonó su estilo. "Prefiero morir de pie que vivir de rodillas", comentaba el joven director del medio, Stéphane Charbonnier (conocido como Charb).
De hecho, recientemente publicó una muy particular biografía sobre Jesús, además de que la figura del papa Francisco es permanentemente utilizada en chistes y caricaturas. Con ello, también se ganó muchos enemigos en sectores conservadores católicos.
Charb y casi una docena de dibujantes y colaboradores de la revista fueron asesinados este miércoles, en un hecho de violencia que es calificado como el más intenso de Francia en los últimos cuarenta años.
En un mundo globalizado y complejo, el caso de Charlie Hebdo pone de relieve la libertad en las diversas expresiones culturales.
En América Latina, varios ilustradores y dibujantes manifestaron su inquietud y solidaridad con lo sucedido. En Argentina, los reconocidos Liniers, REP y Bernardo Erlich compartieron su pena por lo sucedido.
En su cuenta personal de Twitter, Liniers publica una imagen alusiva al semanario, en la que un hombre sostiene un pincel con su mano derecha y una revista con los dedos en "V", con la izquierda .
Miguel Repiso, Rep, publica en Facebook la foto de uno de los integrantes de la redacción de Charlie Hebdo, junto con una de las portadas polémicas.
En su web, en tanto, el dibujante Bernardo Erlich publica una ilustración de fondo negro, donde una publicación de Charlie Hebdo está bañada en sangre. Y se lee: "Se ha puesto tan serio el mundo que el humor es una profesión en riesgo".
En el año 2012, Charbonnier dijo al diario El País de España: “Si nos planteamos la cuestión de si tenemos derecho a dibujar o no a Mahoma, de si es peligroso o no hacerlo, la cuestión que vendrá después será si podemos representar a los musulmanes en el periódico, y después nos preguntaremos si podemos sacar seres humanos... Y al final, no sacaremos nada más, y el puñado de extremistas que se agitan en el mundo y en Francia habrán ganado".