Sencillo: aunque aún no se piensa en producir, para General Motors lo importante es que "estamos trabajando en sueños del futuro", según explica un ejecutivo. La nueva propuesta automovilística de la marca estadounidense dejó boquiabiertos a los asistentes del evento global.
Llamativas líneas y sofisticada tecnología constituyen la base estética del nuevo modelo Chevrolet presentado en el reciente Salón del Automóvil de Shanghái. Sin embargo, la mejor palabra que lo define es "futurista".
Bajo el nombre de Chevrolet FNR Concept, General Motors sorprendió con la propuesta. A base de materiales como vidrio y fibra de carbono, el diseño destaca por unas espaciales puertas libélula de doble oscilación y un habitáculo o nave central en forma de cápsula: si eso no es vanguardista, anda muy cerca de serlo.
Asociados con Pan Asia Technical Automotive Center, el trabajo en conjunto entre la compañía estadounidense y la asiática logró un prototipo que maravilló a todos en China. A los aspectos ya anotados del diseño, cabría sumar las grandes tomas de aire, delgados grupos ópticos y enormes rines iluminados.
Cuando una de las puertas inicia la apertura, el espectáculo surge en todo su esplendor. Definitivamente, el efecto de la doble oscilación subraya el perfil de ciencia ficción que tiene el Chevrolet FNR Concept.
En el instante en que tanto el conductor como su pasajero toman posición, la escena es una mezcla de lo conocido con lo posible. Como el auto parece una cápsula sobre ruedas, la apertura de puertas asemeja el armatoste con un esquivo e inquieto insecto.
Eso sí: completamente eléctrico. Porque otra cosa que caracteriza a este prototipo es su motorización a base de electricidad, aunque también cuenta con una conducción autónoma.
Se deben anotar las innovaciones, porque el prototipo cuenta con sistema de carga inalámbrico, sensores y radares situados en el techo indispensables para conducirse sin la ayuda humana, así como el encendido a través del reconocimiento del iris.
Cada llanta tiene su motor y adoptan el color de la recordada motocicleta de la película "Tron", ya que no tienen buje o hub, coronando el impacto visual de la maquinaria toda.
Si el auto se mueve en forma autónoma, impresiona que los asientos delanteros puedan girar en 180 grados: la idea es que todos los pasajeros puedan mirarse a la cara. El conductor puede variar el modo de manejo ya sea por instrumentos o con gestos.
Los sensores en el techo pueden también detectar a otros vehículos, peatones u obstáculos, analizar el clima y así recomendar el uso autónomo o no del vehículo. Además de todo eso, el automóvil también puede desarrollar la labor de “asistente personal” en el trazado de la ruta más eficiente hacia el destino del conductor.
Pero hasta ahora la imagen es sólo entusiasmo. La marca estadounidense subraya que toda esa belleza futurista es aún sólo un laboratorio con ruedas, es decir, un ejemplo de prueba tras prueba. Su producción aún no está pensada.
Y como dijo un ejecutivo de General Motors, "estamos experimentando con sueños del futuro". Habrá que seguir esperando para subirse a un modelo así de futurista.