En la década del '60, en Chile habían 35 mil hectáreas de este cepaje, mientas que hoy sólo quedan apenas 900.
Desde hace algunos años que ciertas viñas chilenas se han enfocado en rescatar el semillón, esa cepa blanca originaria del sudoeste francés que fue la más importante en Chile y que ahora corre peligro de extinguirse.
En la década del '60, en el país habían 35 mil hectáreas, mientas que hoy sólo quedan apenas 900. Para tener una idea, actualmente existen once mil de chardonnay y 15 mil de sauvignon blanc.
Las razones de su disminución, que habría comenzado en la década de los '80, serían la falta de tecnología para trabajarla mejor y la entrada de otras variedades que le fueron quitando terreno y protagonismo. Fue así como esta cepa, de piel dorada usada para elaborar vino blanco seco y dulce, desapareció de las etiquetas de vinos finos y premium pasando a tener cierto protagonismo en los blend.
Sin embargo, el panorama ha cambiado. A continuación, cinco vinos semillón de diferentes bodegas chilenas que se han preocupado de hacer renacer este cepaje con historia y tradición:
- Aresti, Trisquel Semillón, 2015
Este vino es de la zona de Molina, del Valle de Curicó, lugar en el que la viña tiene un poco más de seis hectáreas de esta cepa.
Las uvas son extraídas de viñedos propios, de parras relativamente jóvenes, las que se encuentran en un suelo arcilloso con algo de granito. En 2015 fue el primer intento de Aresti por sacar un semillón monovarietal.
Este vino, que no pasó por barrica, posee varias capas aromáticas, en las que se percibe fruta blanca y cierto toque floral.
En boca se aprecian notas de membrillo, pera e higos secos. Como es un vino glicérido, va envolviendo el paladar para dejar un final largo producto de su maceración en pieles. Es ideal para maridar quesos, pescados grasos y ciertas preparaciones marinas, como el pastel de jaiba.
- Bouchón, Las Mercedes Singular 2015
Estos viñedos son de los años '70 y están plantados en un suelo granito, arcillo - arenosos, terrenos que se encuentran en la localidad de Batuco, a 30 kilómetros del Pacífico.
De color amarillo pálido, translúcido, este vino presenta en nariz notas florales, limón maduro y fruta, como pera y durazno.
En boca es seco, con nerviosa acidez y final fresco y amplio.
Este es un vino ideal para maridar ceviches, sushi, antipasto y ensaladas.
- Carmen, Quijada#1
Este es un vino de la zona de Apalta que se cosecha de forma manual.
De color amarillo oro brillante, posee una nariz compleja en la que se perciben aromas a miel, flores blancas, almendras y notas cítricas.
Tiene una gran boca en la que se aprecian notas ahumadas y cuero, aportadas por barricas de tercer uso. Tiene gran textura, siendo un vino cremoso, de buen cuerpo y una acidez vibrante que aporta frescor, esto gracias a que tiene un 15% de sauvignon blanc de Leyda. Es un vino gastronómico, por lo que puede acompañar platos como un medallón de congrio frito.
- Casas del Toqui - Barrel Series 2015
Esta viña lleva 20 años trabajando el semillón. Sus plantas, que son del año '43, y provienen del valle del Cachapoal.
Este vino es de color amarillo trigo y en nariz presenta aroma a frutas cítricas, pera blanca y notas de miel.
Su boca es liviana, fresca y agradable, presentado una acidez media.
- J.A.Jofré - Sauvignon Vert. 2015
Este es el primer año de este vino, que fue plantado a mediados de 2015. Fue en 2014 cuando la viña encontró en sus terrenos de Romeral Alto, en Curicó, parras con semillón, teniendo hoy tres hectáreas de esta cepa.
En nariz se evidencian notas herbales, miel y caramelo.
En boca, tiene una acidez pronunciada que entra como flecha, siendo un vino jugoso y fresco. Tiene cero azúcar residual.