Tanto para limitar el incremento de emisiones de CO2 y PM 2,5 como por sus efectos generales en la salud de los usuarios.
La capital de Chile, Santiago, tiene cerca de cuatro millones de vehículos. Según el Colegio Médico de Chile esa cantidad casi podría duplicarse de aquí a 2020. Aún si ello no fuera así y el aumento fuese un 50 o, incluso, un 25%, la cantidad de emisiones de CO2 (dióxido de carbono) se dispararán. Peor que eso, lo harán también las de MP 2,5 (Marterial Particulado), cuyo tamaño no sólo les permite entrar con comodidad en los alvéolos pulmonares, sino -desde allí- al flujo sanguíneo. Esto último supone un nuevo nivel de peligro para las personas y, aunque contiguedad no hay causación, existe creciente evidencia de que, de uno a tres o cuatro días de episodios críticos de contaminación, diversas patologías pulmonares y ACVs (Accidentes Cerebro Vasculares) se incrementan tanto en esa ciudad como en otras del mundo en la misma categoría
Es por ello que, a partir de este mes, el Consejo Regional Santiago del Colegio Médico comenzó ayer una campaña para incentivar el uso responsable de la bicicleta. Esta se divide en tres temáticas: salud, seguridad y medio ambiente.
En la primera parte de la campaña se resaltan los beneficios que tiene para el organismo el uso constante de la bicicleta, tales como; mejora articulaciones y sistema cardiovascular, aumenta la capacidad respiratoria y el bienestar general debido a la realización de actividad física, entre las principales.
En la segunda parte, se centra en el uso de la bicicleta, apuntando a lo expuesto en el Decreto 116 de la Ley de Tránsito, el cual obliga al ciclista a usar casco de seguridad, portar luces reflectantes y no usar audífonos ni celular mientras se conduce, entre otras.
Por último, y teniendo presente lo antes citado sobre el aumento de las emisiones, pese a los planes de mitigación vigentes hace dos décadas "nuestro tercer llamado es a incentivar el uso de la bicicleta pensando en los cuidados al medio ambiente y a descongestionar las calles", indica la entidad.
Recientes episodios de gravedad en Pekín, Londres y México muestran que se trata de un tema global, pero que debe de ser atacado localmente. En el caso de Santiago (ciudad en la cual, en 2015, casi la mitad de todos los días del año tuvieron situaciones de alerta, pre emergencia y emergencia ambiental) urge avanzar en la anulación completa de las emisiones de humos de chimeneas hogareñas, paradójicamente provenientes de los sectores de más altos ingresos que poseen medios para financiar otras formas de calefacción en los meses invernales.