Esto equivale a 1 millón 800 mil habitantes, según la última Encuesta Nacional de Salud.
Más de 387 millones de personas en todo el mundo sufren de diabetes, una patología crónica y progresiva que aparece cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el organismo no la utiliza eficazmente. En Chile, la última Encuesta Nacional de Salud arrojó que la sospecha de Diabetes Mellitus en la población es del 12,3%, equivalente a 1 millón 800 mil habitantes.
Los pacientes de la tercera edad –hombres y mujeres de más de 65 años- son los más afectados según la medición, con un incremento de 5 puntos porcentuales, pasando de un 25,7% a un 30,6% respecto al sondeo anterior. Este problema de salud se complica aún más si la diabetes no controlada se asocia a lesiones en los vasos sanguíneos, aumentando de forma considerable el riesgo de tener una enfermedad cardiovascular (ECV), como infarto de miocardio o angina.
“Los diabéticos tienen entre un 15% y 20% de historia de ECV, y los pacientes de esa edad alcanzan hasta un 30%, es decir, uno de cada tres adultos mayores con diabetes tiene problemas cardiovasculares”, indica el Dr. Patricio Valderas, especialista en Diabetes y Nutrición del Hospital Félix Bulnes.
El médico advierte que, en general, las personas que sobrepasan este rango etario van perdiendo los mecanismos de alarma, por lo que muchas veces descubren sus dificultades por chequeos médicos o comportamientos extraños que les van sucediendo, como olvidos repentinos, desorientación o compromisos de conciencia. “Habitualmente de esas maneras descubren las alteraciones de glicemia y alertas cardiovasculares”, asegura.
En ese sentido, el facultativo explica que los mayores de 75 años, definidos como adultos mayores frágiles, y los pacientes de 65 años o más con alguna condición asociada que les impida un adecuado autocuidado y la capacidad para seguir su tratamiento, “deben estar en constante control médico y en contacto con un equipo de salud todos los meses. Lo más importante es no producir hipoglicemias”, aclara el Dr. Valderas.
Como el peligro cardiovascular es una amenaza permanente para las personas de la tercera edad que sufren esta patología, la innovación terapéutica se ha centrado en buscar soluciones que aborden no sólo el control de la glucosa en diabéticos tipo 2, sino también el riesgo cardíaco.
En Chile, ya se encuentra disponible la empagliflozina, inhibidor altamente selectivo del cotransportador de glucosa y sodio tipo 2 (iSGLT2), droga que ha demostrado rebajar el riesgo de muerte cardiovascular en un 38%. De hecho, recientemente se lanzó en nuestro mercado una nueva molécula que combina dosis fijas de empagliflozina con linagliptina, simplificando el manejo de la diabetes en pacientes que no han logrado un correcto control de sus índices glicémicos, lo que significa un gran avance en la calidad de vida de quienes sufren esta enfermedad crónica.