“Todas las cifras comparativas son desfavorables para las mujeres: tasa de desocupación más altas, ingreso promedio al mercado laboral más bajo, ocupación formal más baja y la ocupación informal más alta. Es un panorama complejo”, destacaron analistas.
Un reciente informe global sobre brechas de género del World Economic Forum establece que, al ritmo actual de progreso, se necesitarán 132 años para alcanzar la paridad total, mostrando un retroceso de más tres décadas en relación a 2020 -previo a la pandemia- cuando se estimaba se cerraría en 100 años.
Este Índice, que se mide desde 2006 y considera a 146 países, considera cuatro indicadores clave: logro educativo; salud y supervivencia, empoderamiento político y participación económica y oportunidades.
En esa misma línea, el informe “Women in Work Index”, elaborado por PwC sobre la base de indicadores de brecha salarial, participación laboral y desempleo femenino, ubicó a Chile en el lugar 31 de los 33 países de la OCDE en inclusión laboral femenina en el periodo de pandemia (2020), “una situación que debe alertarnos y llamarnos a la acción”, destacó la rectora de la Universidad de las Américas (UDLA) y directora de la Corporación de Universidades Privadas (CUP), Pilar Romaguera, en el marco de la inauguración de una feria laboral en la capital, Saniago de Chile.
El panel especializado, que contó también con la participación de Francisca Pefaur, gerente de Transformación Digital de Coca-Cola Andina y de Carolina García, presidenta de Fundación Comunidad Inclusiva y Champion de Diversidad e Inclusión en BHP Minerals Américas, analizó los desafíos y oportunidades en el empleo y la formación universitaria con enfoque de género.
“En nuestro país se producen pocas estadísticas laborales y sociales con enfoque de género. Aún en 2022 existe escasez de estudios específicos a nivel nacional, es decir, propiamente con perspectiva de género, sobre inclusión de la mujer en el mercado laboral y otros temas relevantes”, agregó la rectora Romaguera durante su intervención.
En tanto, Francisca Pefaur indicó que es “preocupante” que en pleno 2022 “el tema de la inclusión laboral femenina siga siendo tema”, sostuvo, agregando que en Chile sólo el 21% de las mujeres son parte de la primera línea en gerencias y el 11% participa en directorios. “El tema va más allá de la equidad y justicia, la incorporación de mujeres al campo laboral es un tema de negocios”, sostuvo.
En la misma línea siguió Carolina García, precisando que “las organizaciones más diversas e inclusivas son capaces de innovar más, lo que es muy relevante. Las industrias masculinizadas están con las puertas abiertas para incorporar mujeres. Hoy se valora la diversidad en todos sus aspectos. Nosotros vemos talentos donde otros ven discapacidad”.
SOLUCIONES
Pilar Romaguera planteó algunas medidas que ayudan a reducir las brechas, que van en la línea de diseñar y ejecutar acciones de apoyo para la inserción laboral de las egresadas de la educación superior y potenciar su empleabilidad a través de educación continua y desarrollo de carrera; promover el ingreso a carreras STEM, por ejemplo, por medio de becas; y prestar atención a demandas específicas de las egresadas a través de la formación de redes de apoyo.
“Existe consenso en que la situación laboral femenina presenta desafíos y dificultades. Todas las cifras comparativas son desfavorables para las mujeres: tasa de desocupación más altas, ingreso promedio al mercado laboral más bajo, ocupación formal más baja y la ocupación informal más alta. Es un panorama complejo que lleva mucho tiempo y que no solo pasa en Chile, pero en Chile es especialmente grave porque las brechas de género son más altas en materia laboral”, aseguró la académica.
Otra solución en la que estuvieron todas las panelistas de acuerdo es en la fijación de cuotas por ley para mujeres en cargos gerenciales y directorios. Para Carolina García “es la única manera de acelerar el paso, por ejemplo, cuando me preguntan si me complica estar trabajando, utilizando el cupo de inclusión de la empresa, les digo que no porque de otra manera quizás estaría desempleada”.
Francisca Pefaur enfatizó también en el cambio cultural que debemos hacer para incorporar a los hombres en estas materias. “Cuando un hombre pide permiso para llevar a un hijo al médico es visto como algo tierno y especial. Cuando una mujer debe hacerlo es parte de su pega y ella además queda con la sensación que debe dar el doble en su trabajo para poder acceder a estos permisos”.