La Encuesta Brújula Salud de la Universidad San Sebastián se aplicó a 2.077 personas de todo el país. Un tercio de los consultados requirió atención profesional. En el caso de los beneficiarios del seguro público, acudieron a un psicólogo y en el de isapres, a psiquiatras.
Patricia Schüller, La Nación. Un 58% de los beneficiarios del Fondo Nacional de Salud (Fonasa) se ha sentido deprimido en el último año frente a un 44% en el caso de los usuarios de Isapres, según la Encuesta Brújula Salud del Instituto de Políticas Públicas en Salud de la Universidad San Sebastián (Ipsuss).
La encuesta se aplicó a 2.077 personas mayores de 18 años de todo el país, durante julio.
Al analizar los datos (según nivel de escolaridad) se advierte que las personas con menor nivel de instrucción se sienten más deprimidas (60%) que aquellos con mayores estudios (46%).
No obstante, cuando a las personas se les pregunta cómo perciben su actual estado de salud mental, 9 de cada 10 señala que bien, esto independientemente de su previsión y nivel de escolaridad.
Frente a la pregunta si solicitaron atención para tratar su problema de salud mental, tres de cada 10 personas respondieron que si necesitaron la ayuda de un profesional.
Sin embargo, conseguir la atención en salud mental requerida resultó más difícil entre quienes pertenecen a Fonasa, frente a quienes están en isapres.
Psiquiatras más consultados
Los profesionales más consultados en salud mental, son los psiquiatras para el caso (dos de cada tres de ellos) y los psicólogos en la mitad de quienes pertenecen al seguro público.
Para el psiquiatra de la Facultad de Medicina de la Universidad San Sebastián, Juan Andrés Mosca, el estudio da varias luces respecto a cómo la población ve las enfermedades mentales, “casi 90% dice no tenerla. Esto tiene que ver con el estigma psiquiátrico que influye en la percepción de las personas que no quieren identificarse como enfermos. Esto se visualiza como un estigma negativo, que desvaloriza a la personas”.
De hecho, el experto añade que “ese 90% no concuerda con el 60% que responde que si dice tener depresión. Y esto se da porque la depresión esta fuera de ese estigma, culturalmente es más aceptada”
Otro aspecto relevante del estudio que destaca el decano de la Facultad de Psicología de la USS, Claudio Orellana, es que existiendo “un reconociendo de las personas a la necesidad de apoyo profesional en situaciones de haberse sentido deprimido o con alguna situación de condición mental no óptima, sólo un cuarto pide ayuda, lo que nos indica que aún tenemos un bajo nivel de conciencia respecto de la importancia de cuidar nuestra salud mental”.
Agrega que desde el punto de vista físico, “si a las personas les duele algo, van de inmediato al doctor, pero desde el punto de vista de salud mental, desde que siente algo hasta que solicita ayuda, pasa mucho tiempo. Tenemos una escasa necesidad de cuidarnos desde la perspectiva de la salud mental, por eso la importancia de educar a la población”, remarca.