Académicos del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS) avanzan en nuevo tratamiento para el mal que, en Chile, sufre un tercio de la población, en tanto que su prevalencia está en el 75% de los adultos mayores, mientras que apenas un 37% de los afectados recibe tratamiento.
Académicos del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS), investigaron las posibilidades farmacólogicas de la molécula angiotensina 1-9, que tiene la capacidad de disminuir la presión arterial, el daño al corazón y otros órganos.
El Dr. Mario Chiong, participante del estudio, señaló que “tiempo atrás describimos que la angiotensina I se podría convertir en otro péptido distinto a la angiotensina II, que es la angiotensina 1-9. Este péptido, por mucho tiempo se pensó que era inactivo, sin embargo descubrimos que tiene actividad biológica, y lo más interesante una acción completamente contraria a la angiotensina II”.
El hallazgo se relaciona con más de 10 años de trabajo del equipo de la Universidad de Chile (Uchile) y la Universidad Católica (UC), liderados además por los doctores Luis Michea de la Facultad de Medicina de la Uchile, y María Paz Ocaranza y Jorge Jalil, académicos de la División de Enfermedades Cardiovasculares del Hospital Clínico de la UC.
La hipertensión arterial es un mal crónico que ocurre cuando se da un aumento en la presión sanguínea de las arterias. En Chile, un tercio de la población tiene la enfermedad y su prevalencia está en el 75% de los adultos mayores, mientras que apenas un 37% de los afectados recibe tratamiento, según datos de la Universidad de Chile.
El tratamiento actual consiste en la ingesta diaria de fármacos que inhiben la producción o acción de la angiotensina II.
Las investigaciones han permitido generar dos patentes: “la primera respecto a que la angiotensina 1-9 como cardioprotector, y una segunda como un nuevo péptido antihipertensivo”, dijo el Dr. Sergio Lavandero, director del ACCDiS.
Actualmente el equipo ya realizó los estudios pre clínicos de la molécula, para pasar pronto a las pruebas clínicas, para así contar con la angiotensina 1-9 como un producto farmacológico.