Bolivia defiende que el Silala es sólo un manantial altiplánico cuya canalización artificial es evidente y argumenta que Chile está haciendo uso de las aguas del río sin una compensación justa.
Chile pidió este viernes ante la Corte Internacional de Justicia que le otorgue un uso "equitativo y razonable" de las aguas del río Silala fronterizo con Bolivia, que dice son internacionales, que fluyen naturalmente hacia su territorio y que ha usado por más de un siglo en transporte, consumo humano y minería.
Al abrir los debates en La Haya en la disputa de los vecinos sudamericanos por el uso y condición del río, la agente del caso y actual viceministra de Relaciones Exteriores de Chile, Ximena Fuentes, pidió a los jueces que "afirmen los principios básicos de la utilización equitativa y razonable en estos tiempos de creciente escasez de agua dulce".
"Hay amplia evidencia del reconocimiento de Bolivia de que el Silala es un río internacional", planteó Fuentes citando un tratado limítrofe de 1904, cuestionando que La Paz cambiara "abruptamente" esta postura y asegurara que las aguas eran artificialmente desviadas hacia Chile.
Bolivia, que iniciará sus alegatos el próximo lunes, defiende que el Silala es sólo un manantial altiplánico cuya canalización artificial es evidente y argumenta que Chile está haciendo uso de las aguas del Silala sin una compensación justa.
Chile es el mayor productor mundial de cobre y la mayoría de sus grandes yacimientos están emplazados en el Desierto de Atacama, en el extremo norte del país.
Durante el siglo pasado, el Silala proporcionó agua potable a la ciudad minera de Antofagasta y alimentó las máquinas a vapor del actual Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia (FCAB) gracias a que esta última tenía concesión sobre esos recursos hídricos y parte de su negocio era la distribución de agua.
Actualmente FCAB, división de transporte integral de carga de Antofagasta Plc, lleva aguas del Silala a distribuidores y operaciones mineras, todavía usándose como agua potable para trabajadores y en procesos industriales, según detalló la experta en litigio y arbitraje internacional Johanna Klein Kranenberg, que también expuso el viernes.
A mediados del siglo pasado la gigante estatal Codelco también obtuvo derechos para usar aguas del Silala y destina la mitad de esos recursos como agua potable para trabajadores de la mina Chuquicamata.
"Gracias a la alta calidad natural de las aguas del Silala, el consumo humano aún representa un porcentaje significativo de su uso", dijo la experta.
En Bolivia no existen ni han existido usos domésticos, agrícolas ni industriales perdurables de las aguas del Silala que, cuando entra a Chile, tiene un caudal en la frontera de 170 litros por segundo en promedio, según notas de prensa de la cancillería chilena.
Los alegatos de Chile y Bolivia se extenderán hasta el 14 de abril. Chile demandó a Bolivia en junio de 2016 luego de medidas y declaraciones del entonces presidente de Bolivia, Evo Morales, para afirmar más derechos de propiedad sobre el Silala.
En 2018 el tribunal falló a favor de Chile en un caso presentado por Bolivia que buscaba que Santiago iniciara negociaciones para lograr una salida soberana al mar.