Un tsunami, derrumbes de carreteras, viviendas y hospitales, provocó el poderoso sismo que afecto al centro sur del país en la madrugada de este sábado.
Santiago. Uno de los terremotos más poderosos de la historia sacudió a Chile en la madrugada de este sábado, provocando al menos 214 muertos, un tsunami y derrumbes de viviendas, carreteras y hospitales que llevaron a declarar a parte del país como zona de catástrofe.
El sismo, de magnitud 8,8 según el servicio geológico de Estados Unidos y con epicentro en el sur de Chile, hizo temblar a la capital Santiago y a las ciudades de Concepción, Talca, Curicó y lugares aledaños, derrumbando edificios y puentes, dejando una fábrica de químicos envuelta en llamas y cortando el servicio eléctrico en la mayoría de la ciudad y el telefónico.
"Quiero compartir el dolor de los familiares de los más de 122 personas que perdieron la vida producto de este terremoto (...) es probable que esta cifra aumente y además tenemos muchos heridos", dijo a periodistas el presidente electo de Chile, Sebastián Piñera, en Santiago, donde el humo se esparcía y cubría el cielo de la ciudad.
El terremoto generó un tsunami que arrasó con la mitad de un pueblo en la isla chilena de Juan Fernández -ubicada a unos 600 kilómetros de la costa y casi a la altura de Santiago- y amenazaba con llegar a la Isla de Pascua, según Bachelet.
"Hay una enorme cantidad de daño que no sabemos su exacta dimensión, que está siendo evaluado", dijo a periodistas la presidenta Michelle Bachelet.
Bachelet declaró zonas de desastre a las regiones de Maule, Bío-Bío, O'Higgins, Araucanía, Valparaíso y Metropolitana, donde se concentra 80% de la población del país.
"Yo veía como se caían los autos y no sabía qué hacer. Estaba solo acá", dijo Mario Riveros, guardia de seguridad de una planta industrial en Santiago, parado junto a un puente que se derrumbó. "Me daban ganas de llorar", agregó.
El movimiento, más violento incluso que el mortífero terremoto que devastó a Haití recientemente, también desató el pánico en el popular balneario de Viña del Mar, situado sobre el Océano Pacífico.
Con la luz del día, policías y bomberos recorrían las calles en distintas ciudades de Chile con patrullas y sirenas para verificar la magnitud de los daños y socorrer víctimas. Automovilistas en la capital formaban filas en las estaciones de servicio para abastecerse de gasolina.
Una de las autopistas urbanas de Santiago, Vespucio Norte, quedó destruida, con bloques de estructura descalzados y autos atrapados entre escombros de un puente que colapsó.
Como el fin del mundo. Luego de varias réplicas, la mayor de ellas de magnitud 6,9, el aeropuerto de la capital fue cerrado por tener la torre de control dañada, según el gobierno. Un policía en el lugar dijo que la mitad de la terminal estaba destruida y el canal estatal TVN aseguró que podría estar cerrada por tres días.
Al menos tres hospitales en la capital habían colapsado y en la ciudad de Concepción -400 kilómetros al sur de Santiago- el edificio del gobierno local se derrumbó, según radios.
Aunque el sismo tuvo epicentro en el sur cerca de la localidad de Maule, 321 kilómetros al suroeste de Santiago y a 104 kilómetros de Talca -donde los locales comerciales de adobe se desplomaron pero no se reportaban víctimas-, se sintió hasta en la vecina Argentina.
"Fue como ver el fin del mundo" dijo Vicente Acuña, un comerciante de 76 años de Talca.
En Santiago y otras ciudades del país miles de personas salieron de sus casas y acampaban en las calles por temores a las réplicas.
"Me salvé porque me tiré abajo de la mesa, se me vino todo encima, todas las puertas del edificio estaban rotas", dijo Elba Carrizo, una anciana de 81 años, que logró salir de su departamento antes de que se derrumbara el edificio en el barrio capitalino de clase media de Maipú.
Preocupa tsunami. Aunque todavía no se sabía con exactitud el impacto del tsunami sobre el territorio insular de Chile, el gobierno envió una fragata a la isla de Juan Fernández.
La ola gigante además golpeó costas continentales en Iloca, donde no se reportaron víctimas de inmediato.
Pero había más zonas en peligro.
El gobierno chileno ordenó evacuar algunas zonas de la Isla de Pascua, donde viven unas 4.000 personas y donde se esperaba que golpeara el tsunami.
"No se sintió el sismo, pero hay cambios en la marejada. Estamos evacuando a la gente hacia las tierras altas", dijo Luz Zasso, la alcadesa de la isla emblemática por sus moáis, estatuas de piedra monolítica características de Pascua.
El territorio de la Polinesia francesa en el Pacífico también fue colocado bajo alerta. Se esperaba que la primera ola tocara la isla Gambier a las 1550 GMT, luego Tahití a las 1750 GMT y Bora Bora a las 1815 GMT, informó en un comunicado el Alto Comisionado de la Polinesia Francesa.
Las autoridades estadounidenses advirtieron que las islas de Hawái corrían peligro y debían tomarse medidas urgentes, mientras sonaban las sirenas de alerta. Australia también emitió una alerta de tsunami. Las islas ecuatorianas de Galápagos estaban siendo evacuadas.
"Estamos monitoreando de cerca la situación, incluyendo el potencia de un tsunami. Nuestros pensamientos y oraciones están con la gente de Chile y estamos listos para ayudar en esta hora de necesidad", dijo el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs.
México y Perú también se ofrecieron a brindar ayuda.
Carreteras bloqueadas. El terremoto sacudió una zona donde hay grandes minas productoras de cobre pertenecientes al gigante estatal chileno Codelco y la minera global Anglo American, entre otras.
La mayor mina de cobre del mundo, Escondida, de BHP Billiton, funcionaba con normalidad, dijo el líder sindical Zeiso Mercado.
Pero las carreteras hacia la mina cuprífera Los Bronces, propiedad de Anglo American, estaban bloqueadas, según funcionarios de seguridad de la instalación. Las operaciones quedaron paralizadas en Los Bronces y El Soldado.
Un portavoz de Codelco dijo que se suspendió la producción en las minas El Teniente y Andina de Codelco por la falta de energía, pero que las minas no sufrieron daños graves.
Chile se encuentra ubicado sobre la intersección de dos placas geológicas que constituyen una de las mayores zonas sísmicas del mundo. El país sufrió el mayor terremoto de que se tengan registro en la década de 1960 con una magnitud de 9,6.
"Yo vengo del terremoto de 1960 de Valdivia, fue tan terrible (...), yo pensé 'esto es como Valdivia y hasta aquí llegamos'", dijo Hilda Hasbun, un ama de casa de 62 años.