El anunció que hizo el presidente Xi Jinping despertó la alerta de la comunidad científica. Desde el próximo año estos medicamentos podrían ser admitidos sin pasar por ensayos clínicos en humanos.
El presidente de China, Xi Jinping, anunció recientemente que, debido a que considera la medicina tradicional como una “perla” de la herencia del país, esta recibirá el mismo apoyo de su gobierno que las drogas de la medicina occidental. Lo que en términos prácticos significa que acaba de dar vía libre para promocionar este tipo de medicina así no tenga los ensayos clínicos necesarios que se le piden a otro tipo de drogas.
Es más, según explica la revista Nature, desde principios del próximo año es posible que los medicamentos chinos tradicionales no requieran ensayos clínicos de eficacia en humanos para ser aprobados en China. Un “pase libre” que, en palabras de los borradores que fueron publicados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de China, le permitirá a este tipo de medicina ahorrar costos. Al parecer, sólo se les exigirá un protocolo para ser aprobados que aún no se conoce.
Aunque los médicos tradicionales chinos han recibido las noticias como buenas, algunos científicos ven con miedo esta medida. Por ejemplo, un estudio reciente publicado en Science Translational Medicine, encontró que la aristoloquina, una hierba china que usan para tratar infecciones urinarias o rinitis, podría estar asociada al cáncer de hígado.
Por esto, y a pesar de que los medicamentos tradicionales sí tendrán que someterse a pruebas farmacológicas preclínicas y a estudios de toxicidad, ya sea en animales o en células para obtener la aprobación, la comunidad científica ve un riesgo enorme en que se les dé el visto bueno sin ser estudiadas en humanos.
Por ejemplo, Li Qingchen, cirujano pediatra del Hospital Infantil de Harbin en el norte de China, le dijo a Nature que los médicos deben informar al público sobre algunos de los peligros asociados con los medicamentos tradicionales, pero la mayoría no está dispuesta a hablar en contra de ellos. Es más, Li piensa que la promoción de la medicina tradicional por parte del gobierno dificultará que los científicos critiquen las drogas. Un escenario que no es favorecedor, sobre todo cuando hay antecedentes que han reportado que existe censura contras las publicaciones que advierten sobre los riesgos de la medicina tradicional.
En octubre de este año, una historia publicada por la red social china WeChat en la que se advertía sobre los riesgos de la aristoloquina y que había sido vista más de 700.000 veces en tres días, fue removida y silenciada.