A través de una carta oficial, enviada al Secretariado de Naciones Unidas para el Cambio Climático, se informó que se podía "proceder a incluir a China en la lista" de países que apoyan el acuerdo alcanzado en diciembre.
Oslo. China se sumó formalmente el martes al acuerdo climático alcanzado en la cumbre de Copenhague, convirtiéndose en la última gran economía emergente en apoyar un plan fuertemente respaldado por Estados Unidos.
Una carta oficial firmada por el negociador chino Su Wei dijo al Secretariado de Naciones Unidas para el Cambio Climático, con sede en Bonn, que podía "proceder a incluir a China en la lista" de países que apoyan el acuerdo alcanzado en la cumbre de diciembre.
Rusia es el único gran emisor de gases de efecto invernadero que falta informar si quiere asociarse al acuerdo.
Más de 100 naciones han acordado estar "asociadas" al pacto.
El documento plantea la posibilidad de ayuda climática de 100.000 millones de dólares anuales desde el 2020 y fija una meta para limitar el aumento de las temperaturas globales a menos de 2 grados Celsius (3,6 Fahrenheit), pero no compromete a las naciones a ninguna medida vinculante para alcanzarla.
Ambientalistas dicen que el pacto fue un resultado mínimo para una cumbre que originalmente buscaba acordar la forma de un acuerdo más amplio, fuerte y legalmente vinculante para combatir el cambio climático.
Se suponía que ese acuerdo sería formalmente adoptado por todos los países en la cumbre, pero objeciones de último minuto de un pequeño grupo de naciones llevó a que apenas se "tomara nota" del pacto.
En un acuerdo de compromiso, se decidió que las naciones que desearan unirse serían agregadas a una lista posterior.
India también se sumó el martes al Acuerdo de Copenhague, siguiendo a otras grandes naciones en desarrollo como Indonesia, Brasil, Sudáfrica y México para tener sus nombres listados en el documento de tres páginas.
Washington apoya fuertemente el acuerdo, alcanzado por el presidente estadounidense, Barack Obama, en conversaciones con líderes de grandes economías emergentes, entre ellas China, en Copenhague.
Desde la cumbre, China, el mayor emisor mundial por encima de Estados Unidos, había preferido recalcar la supremacía de la Convención Climática de Naciones Unidas de 1992 en vez del acuerdo. La Convención subraya que las naciones ricas deben liderar la lucha contra el cambio climático.